La familia de Jules Bianchi, fallecido en Niza tras estar nueve meses y medio hospitalizado por el accidente que sufrió en el circuito de Suzuka, en Japón, destacó este sábado que el piloto francés de Fórmula Uno «luchó hasta el final, como hizo siempre».
En un comunicado, los padres y los dos hermanos indicaron que la muerte se produjo ayer en el Centro Hospital Universitario de Niza, adonde había sido trasladado tras el siniestro con un vehículo de asistencia durante el Gran Premio de Japón el 5 de octubre del pasado año.
Dijeron sentir «una pena inmensa e indescriptible» por la pérdida de este joven de 25 años y agradecieron el trato recibido «con amor y entrega» por parte del personal sanitario de Niza, pero también del centro de Mie en Japón donde estuvo ingresado inicialmente.
Igualmente recordaron a los colegas, amigos y seguidores de Jules Bianchi, «que le probaron su afección» durante estos meses, y así dieron a la familia «la fuerza necesaria para resistir en estos momentos terribles».
Aludieron, en particular a los «numerosos mensajes» en los que «mostraron que Jules había suscitado una afección profunda entre tantas personas por el mundo».
La familia pidió, por último, que respeten su intimidad «en estas horas muy difíciles» en las que tratan de afrontar la pérdida.
El presidente de la Federación Francesa de Deportes Automovilísticos, Nicolas Deschaux, subrayó hoy la tristeza ante la noticia de la muerte de Bianchi, al que dijo que había seguido desde que, siendo niño, había empezado en las competiciones de kart.
«Había pasado con brillantez todas las etapas» y desde su llegada en 2013 a la Fórmula Uno «estaba demostrando verdaderas cualidades como piloto», como quedó en evidencia con su novena plaza en el Gran Premio de Mónaco «en condiciones extraordinarias», señaló Deschaux, en declaraciones a la emisora de radio «France Info».