Ruth Beitia esgrimió este domingo, con 35 años, un nuevo argumento para ser considerada la mejor atleta española de todos los tiempos al conquistar, en el mítico estadio Letzigrund, su segunda medalla de oro consecutiva en la final de altura de unos Campeonatos de Europa.
La capitana del equipo español puso el broche de oro con la sexta medalla para «La Roja», que con dos medallas de oro, una de plata y tres de bronce, además de 22 finalistas (ocho primeros), ha superado todas sus previsiones en Zúrich, sexta en la clasificación por puntos y octava en el medallero.
El segundo título continental de Ruth Beitia al aire libre -también es campeona bajo techo- llegó acompañado de la mejor marca mundial del año: 2,01, a sólo un centímetro de su récord personal, que atacó, sin éxito, cuando ya estaba sola en competición con la barra en 2,03.
La rusa Mariya Kuchina y la croata Ana Simic subieron con la española al podio como segunda y tercera, aunque con igual marca (1,99).
Era su undécima presea internacional, contadas también las de pista cubierta, conseguida, además, con la mejor marca que ha logrado jamás en un gran campeonato.
Dos saltos necesitó Ruth para superar 1,99, pero voló sobre los 2,01, salto que, igualando la mejor marca mundial del año, le dio una nueva medalla, la segunda de oro en los campeonatos de Europa.
El equipo español dejó pasar el sábado sin medallas, por primera vez desde que empezaron los campeonatos, pero fue sólo para tomar impulso. En la clausura fueron dos y sólo una nueva desgracia de Eusebio Cáceres, que se lesionó después de hacer su tercer salto en longitud, privó al equipo de otra presea más que probable.
La madrileña Diana Martín aportó la segunda del día: un bronce en 3.000 metros obstáculos con un tiempo de 9:30.70 después de haber hecho la selección definitiva en una carrera que ganó la alemana Antje Möldener-Schmidt con 9:29.43.
La discípula de Antonio Serrano, que venía de conseguir el título nacional dos semanas antes en Madrid, irrumpe por vez primera en un podio internacional con una medalla ganada a pulso, pues fue ella quien rompió la carrera.
Eusebio Cáceres, cuarto en el Mundial de Moscú a un solo centímetro del bronce, se quedó hoy a tres del mismo puesto y a cuatro de la plata. En el tercer salto sintió un pinchazo en el muslo izquierdo y, tras recibir la asistencia del fisioterapeuta, comprobó que no podía seguir. Se va con 8,11 y la decepción de haber dejado escapar una medalla en un año complicado por las lesiones.
Los españoles ofrecieron una buena imagen en la final de 5.000, pero no hubo medallas. Roberto Alaiz, quinto, fue el mejor del trío, seguido de Toni Abadía (octavo) y del veterano Jesús España (undécimo), en una carrera que ganó, una vez más, el británico Mo Farah, especialista en dobletes ya sean olímpicos, mundiales o europeos.
En 1.500, David Bustos obtuvo un sexto que no terminó de satisfacer a un atleta que en la edición anterior había ganado la medalla de bronce.
El francés Mahiedine Mekhissi-Benabbad, descalificado tras ganar la final de 3.000 obstáculos por quitarse la camiseta en la recta, se proclamó campeón de Europa de 1.500 y, con ademanes de prepotencia, volvió a despreciar a sus rivales cuando se vio seguro ganador. Bustos, el único español en la final, terminó sexto con un tiempo de 3:46.92.
El noruego Henrik Engebrigtsen, defensor del título, fue segundo con 3:46.10 y el británico Chris O'Hare tercero con 3:46.18 en una carrera lentísima en la que se dejó todo para la última vuelta.