Serena Williams agrandó su leyenda en casa, en su torneo, al ganar su séptimo Abierto de Miami, ante la china Na Li, que tuvo el primer set en su mano, pero la estadounidense se recuperó y dejó claro quién es la número uno mundial y en Cayo Vizcaíno.
Williams, que solo ha perdido 7 de los 74 partidos que ha jugado en el Centro de Tenis de Crandon Park, empezó desdibujada su novena final en este escenario, con un flojo primer servicio y cometiendo fallos impropios de la número uno, con cuatro errores forzados en el primer juego.
La consecuencia inmediata fue una rotura de servicio, que puso a Na Li 0-2, y solo varios errores de la china impidieron que la distancia en el marcador se ampliase.
Pero la seis veces campeona en Miami no estaba fina, no se atrevía a subir a la red y presionar más a Li, que movía a la número uno y aguanta sus duros golpes.
Todo fue a peor cuando Li se puso 2-5 tras sacar provecho de nuevo de la escasa fiabilidad de una de las principales armas de su rival, el saque, que la trajo por la calle de la amargura en el primer set, con un porcentaje del 44 % de sus primeros servicios y tres dobles faltas en momentos delicados.
Pero la estadounidense, enrabietada, sacó toda su garra y ganó cinco juegos consecutivos. Había ganado sus dos enfrentamientos previos en Miami, y no iba a ser hoy el primero en su contra.
Primero rompió los dos servicios siguientes de la china, que buscó por todos los medios cerrar el set con 4-5, pero Williams ya había entrado en el partido. Lo hizo 40 minutos tarde, pero había llegado para seguir rompiendo récords en Miami.
Tras un juego en blanco a favor de la tenista de Michigan, se disputó un juego eterno, de esos que definen los grandes partidos y a los auténticos campeones.
Li lo intentó, pero no supo concretar alguna de la media docena de oportunidades que tuvo y, entonces, Williams, la número uno, levantó al público al lograr el 7-5.
La tenista de Wuhan estuvo cerca, pero sigue su particular odisea para ganarle un set a la estadounidense, a la que solo ha superado en cinco mangas en doce partidos, con dos triunfos a su favor.
El golpe anímico fue brutal para Li, que ya no se pudo recuperar. Si el primer set se prolongó durante una hora y 13 minutos, el segundo no pasó de 46 minutos.
En este parcial, Serena avisó en el primer servicio y en el segundo consumó el «break» para despegar a un 1-3 ya inalcanzable, a pesar de que la china se negó a dejarse llevar.
Luchó en el sexto juego por ponerse 4-3 y tener opciones de forzar un tercer set, pero Williams volvió a resistir el empuje rival y en cuanto pudo dio el zarpazo definitivo al partido.
Con su triunfo en Cayo Vizcaíno, la estadounidense logró el quincuagésimo noveno título de su carrera y el séptimo en un mismo torneo, récord únicamente conseguido por las míticas Chris Evert, Steffi Graf y Martina Navratilova. Grandes nombres a los que se sumó la gran Serena Williams.