La selección española certifica su pase al Mundial de Brasil, con un triunfo plácido, superior a una débil Georgia que acusa sus numerosas bajas, el día que Albacete rindió homenajeó a su ídolo, Andrés Iniesta, y la Roja recuperó su identidad para volver a ilusionar con goles de Negredo y Mata (2-0).
España necesitaba una buena imagen para cerrar la clasificación al Mundial. Recuperar su verdadera identidad y volver a ilusionar a una afición mal acostumbrada a la excelencia, que ha visto cómo la Roja aparcaba la brillantez en su camino a Brasil. Buena parte de culpa por la falta de ambición de los rivales, que inferiores en calidad técnica se encierran y renuncian a todo con tal de optar a dejar a cero el marcador.
Pero también hubo una dosis de falta de ambición y conformismo. Síntomas que alertaron a Vicente del Bosque para acabar revolucionando su equipo titular en el Carlos Belmonte. Seis cambios y un problema sembrado en la portería que fue fácil de evitar. Los argumentos para sentar a Iker Casillas los olvidó el seleccionador en Albacete. Devolvió la titularidad al capitán y respondió como siempre hace con la Roja. Sacando una parada salvadora.
Había orden de chutar desde fuera del área para acabar con la manía de entrar tocando por el centro para generar peligro dentro del área. Busquets comenzó el asedio a los minutos, Navas chutó arriba y Xavi se sumó a los intentos de abrir la lata.
Pese a que la defensa de cinco suele dejar con pocas opciones al nueve, Negredo sobresalió del muro georgiano. Hizo trabajar a Loria, primero en un rechace a disparo de Pedro, posteriormente con una chilena fascinante desde la frontal del área que sacó con una buena estirada el portero georgiano, y al final encontró el premio del gol, tras combinación de Pedro e Iniesta, fusilando en carrera a la red.
Casillas evitó el empate en la única llegada con peligro de Georgia. Sergio Ramos se confió y cuando reaccionó le habían superado en velocidad en una de esos contragolpes que son el único arma al que se agarra un equipo inferior. Iker respondió con reflejos a bocajarro ante Gelashvili.
Tras el descanso Del Bosque debe minutos a jugadores que aprecia. Como Juan Mata, que no vive un buen momento en el Chelsea y con la Roja tan sólo había aparecido 15 minutos en la fase de clasificación. Entró al campo con mucho hambre y tras seis minutos encontró el premio del gol.
Objetivo cumplido e imagen mejorada, pero España quiso más y lo buscó hasta el último suspiro. Navas y Negredo lo rozaron, pero el marcador no se movió. Espera Brasil.