Tokyo 2020 ha exhibido este sábado el 'músculo' del yen para la construcción de las infraestructuras necesarias para un proyecto «más compacto» que el de años anteriores y se ha presentado como una ciudad moderna que albergaría unos Juegos que se vivirían con pasión y recuperarían parte de la herencia de la edición que ya albergó en 1964.
En la presentación final antes de la votación de los miembros de la 125 Asamblea del COI en Buenos Aires, ha afirmado que ha diseñado un nuevo Plan de Sedes «mejorado» y ha ofrecido la imagen de una ciudad que viviría los segundos Juegos como una celebración, así como ha tratado de despejar las dudas acerca de las secuelas del tsunami de 2011 y el posterior desastre nuclear en Fukushima.
«Sería un tremendo honor ser anfitrión de los Juegos de 2020 en una de las ciudades más seguras del mundo, ahora y en 2020. Algunos pueden tener preocupación por Fukushima, pero permítanme decirles que la situación está bajo control», ha asegurado el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en una exhibición que trató de llegar al corazón.
La historia de la saltadora de longitud paralímpica Mami Sato o los videos con niños que empiezan a jugar al baloncesto o a otros deportes como la esgrima y que serían las nuevas generaciones que se beneficiarían de la cita olímpica de dentro de 7 años, dentro de un plan que integraría el 85 por ciento de sus sedes en un radio de ocho kilómetros respecto a la Villa Olímpica.
En el turno de preguntas, el Príncipe Alberto de Mónaco se ha interesado por el transporte entre las dos zonas del proyecto, la Zona Histórica y la Zona Bahía de Tokio, que «estará garantizado» por una moderna red de las más avanzadas del mundo, según los responsables nipones, así como otro miembro del COI ha preguntado por el Plan Director de las sedes.
«Garantizamos todas las sedes deportivas en la ciudad candidata. Diez de las once sedes están en el área metropolitana de Tokio. Tenemos un fondo de 4.500 millones de dólares para la construcción de las sedes y hemos diseñado un concepto muy compacto», ha respondido Tokyo 2020.
Por su parte, el primer ministro Abe ha subrayado que el impacto del agua contaminada en la central de Fukushima se ha reducido a un área de 0,3 kilómetros cuadrados, y que los «más altos niveles de contaminación» se encuentran en 1/500 de los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «No ha habido problemas con la alimentación en el presente ni los habrá en el futuro», ha afirmado el primer ministro japonés.