Los dos primeros tenistas del ránking, el serbio Novak Djokovic (1) y el británico Andy Murray (2), se juegan este domingo la gloria en la pista central de Wimbledon.
Murray aspira a saciar por fin las ansias de los aficionados británicos de ver como un tenista local deja el título en casa 77 años después de Fred Perry, mientras que Djokovic tratará de repetir el éxito que ya logró en 2011 en el Grand Slam londinense.
Con el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer eliminados por sorpresa en las primeras etapas del torneo, Murray y Djokovic han cumplido con las expectativas de las casas de apuestas.
El serbio y el escocés se han enfrentado dieciocho veces hasta la fecha, en once de las cuales se ha impuesto Djokovic, la última de ellas en la final del último Abierto de Australia, un encuentro que se alargó hasta el cuarto set (6-7(2), 7-6(3), 6-3 y 6-2).
Para llegar hasta el duelo de este domingo, Djokovic tuvo que superar en el penúltimo partido un durísimo encuentro de casi cinco horas ante el argentino Juan Martín del Potro, octavo favorito.
A pesar del esfuerzo, el serbio aseguró hoy que sus fuerzas no están en absoluto menguadas a estas alturas de campeonato: «Disputé un partido realmente largo, pero en otras ocasiones he tenido que recuperarme en tan solo 24 horas», argumentó el número uno, que cuenta esta vez con 48 horas de reposo antes de volver a saltar a la hierba.
«Para mí es una final más. Sencillamente trato de estar concentrado y listo para lo que se espera de mí», señaló Djokovic, que aspira a ganar su séptimo Grand Slam pocos meses después de apuntarse Australia.
Djokovic se presentó hoy en la sala de prensa del All England Club para comentar sus impresiones previas a la final, al contrario que Murray, que con sus declaraciones del viernes dio por zanjada su relación con la prensa hasta después del partido.
Cuando disputa Wimbledon, el escocés recibe invariablemente decenas de preguntas sobre la presión que siente al jugar ante el exigente público londinense.
Desde hace años, la prensa británica debate sobre el miedo escénico que ha sufrido Murray tradicionalmente en la pista central, donde ha disputado al menos las semifinales del torneo las últimas cinco temporadas.
El año pasado se clasificó por primera vez para la final, pero resultó arrollado por un Federer que estaba conjurado para hacerse con su séptimo título de Wimbledon.
El maleficio del escocés con el All England Club se rompió sin embargo pocas semanas después, en una final olímpica en la que el británico se colgó al cuello el oro de Londres 2012.
Esa victoria, sumada a la conquista de su primer gran torneo algunos meses después en Estados Unidos, han avivado las esperanzas del público británico de que su héroe local les de por fin una alegría en Wimbledon este año.
Djokovic y Murray se repartirán un premio de 2,4 millones de libras (2,7 millones de euros): 1,6 millones para el ganador (1,85 millones de euros) y 800.000 libras para el perdedor (928.000 euros).
La bolsa servirá para incrementar los 50,2 millones dólares que ha ganado hasta ahora Djokovic durante su carrera, según los datos de la ATP (unos 38,57 millones de euros), o bien los 27,3 millones (21 millones de euros) que acumula Murray.