El belga Jan Bakelants (Radioshack) logró la segunda etapa del Tour de Francia y el maillot amarillo tras un final agónico, ya que tras saltar de un grupo de seis escapados cruzó la meta con un segundo de ventaja sobre el gran pelotón, que a punto estuvo de echársele encima.
«Baki», de 27 años, saltó a tiempo en una postrera escapada de 6 corredores formada en el descenso de la última cota, a 10 de meta, y segundos antes de ser cazados se rebeló en la recta de meta y alzó los brazos en vencedor por un suspiro, suficiente para convertirse en nuevo líder del Tour.
Emoción, intriga y confusión final. Bakelants retó al pelotón, que llegaba como un obús, pero intentó lo imposible y le salió cara. Su nombre se conoció cruzada la meta, pues la televisión prestó su identidad a su compañero del Radioshack Markel Irízar, ajeno a la disputa de la etapa.
El belga, ganador del Tour del Porvenir y de la Lieja sub 23 en 2008, se estrenó en el Tour. El eslovaco Peter Sagan (Cannondale) y el polaco Michal Kwiatkowski (Omega) no le pudieron despertar del sueño hecho realidad. Quién se lo iba a decir tras su operación de rodilla en el mes de marzo.
Los esprínteres siguen inéditos en el Tour, algo que cabía esperar en una etapa ondulada, con 4 puertos que atravesaba la isla corsa por el interior, en diagonal desde Bastia hasta la capital, Ajaccio, a través de 156 kilómetros.
Y los favoritos salvaron el día sin incidentes ni accidentes, que es lo mejor que les puede en días de nervios. Pero asomaron en cabeza y uno de ellos, el británico Chris Froome (Sky), enseñó los galones a Contador en la bajada donde se formó la escapada buena. Abrió unos segundos de diferencia, pero el equipo del madrileño reaccionó para bajarle los humos al principal favorito.
El de Pinto resistió sin mayores problemas los dolores de la caída de la víspera y celebró haber «salvado el día y mantener intactas las opciones».
En la general siguen juntos todos los ilustres. Bakelants viste con orgullo el maillot amarillo con un segundo sobre el británico David Millar (Garmin) y el francés Julien Frasimon (Sojasun). Los favoritos aparecen a partir de la décima plaza y Valverde es el primer español, decimocuarto. Todos en el mismo tiempo. El primer líder, el alemán Marcel Kittel (Argos), entró a 17 minutos.
Etapa movida desde el banderazo de salida. La escapada del día se formó de inmediato, de nuevo con un Euskaltel en juego, Rubén Pérez, quien entró junto al canadiense Veilleux (Europcar), que fue primer líder en el Dauphiné, el francés Kadri (Ag2r) y el danés Lar Boom (Belkin), quien también se probó en la víspera.
El entendimiento en la fuga duró lo que tardó en llegar el Col de la Serra (2a, km 85), en cuyo ascenso arrancó Kadri para coronar en solitario. En el ascenso Kittel se despidió del maillot amarillo y Cavendish y resto de velocistas, excepto Sagan, de sus opciones de victoria en Ajaccio, la ciudad natal de Napoleón, el «Emperador de los franceses».
El Europcar, que había desafiado el control de la Francaise, mandó por delante a Voeckler, y más tarde a Pierre Rolland, ganador en Alpe D'Huez en 2011, que abrió camino hasta la cima de la Vizzavona (2a, km 95), con el pelotón principal a menos de medio minuto.
Rolland fue pasto del gran grupo tras 15 kilómetros en solitario. Los favoritos rodaban alerta en cabeza de carrera y solo Sagan había sobrevivido entre los velocistas a la primera gresca del Tour
Precisamente, el eslovaco se aplicó en cabeza para imprimir un fuerte ritmo con el Sky casi en pleno a su rueda. El «Bicho» olía la etapa y junto a su equipo monopolizó los relevos en el pelotón.
Restaba la Cota de Salario (3ª, kilómetro 144), un repecho de escasos 1000 metros al 8'9 por ciento de desnivel a 12 de meta. Ahí se lió parda. Primero tensó el BMC para Gilbert, pero el campeón del mundo no apareció en escena, luego atacó Juan Antonio Flecha (Vacansoleil) y se llevó a Gautier. Tras superar el alto atacó Froome en el pelotón de favoritos. Una prueba para comprobar el estado de Contador, que no tuvo problemas para enlazar.
Tras múltiples intentos y tras un arranque de Chavanel se formó un grupo de 6, de nuevo con Flecha, y con Izagirre. Atrás no hubo reacción inmediata y se les fue el caballo. El Cannondale se volvió loco para anular la avanzadilla, y en plena maniobra se cruzó un perro, y luego un aficionado que había perdido una gorra. Cosas del Tour, dicen.
La caza parecía inminente, pero Bakelants decidió quemar las naves. Apretó los dientes, se lanzó a por la gloria y su apuesta salió cara. Al podio a vestirse de amarillo. Irizar también celebró el triunfo de su amigo «Baki».