Evasión o victoria. Son Bibiloni se sitúa a medio camino del cielo y el infierno para el Mallorca B y el Constància, que hoy (18.00) se juegan seguir con vida en la categoría de bronce del fútbol español. El derbi, además, evoca tiempos pasados con aroma a ajuste de cuentas.
Tres puntos separan al Mallorca B y al Constància. El filial bermellón, que ocupa la plaza que obliga a disputar la promoción de permanencia, se salva automáticamente si gana e incluso empatando podría conseguirlo en función de los resultados que obtengan el Prat y el Ontinyent, que visita al Binissalem. Si el Mallorca B pierde, desciende y el Constància, al que solo le vale el triunfo, disputaría la promoción por la permanencia.
El destino brinda al Constància una oportunidad de revancha que los seguidores blanquinegros más veteranos aguardan desde 1945. Los inquers habían acariciado el ascenso a Primera la campaña anterior y se vieron abocados a luchar por la permanencia en Segunda en la última jornada de la 44-45 ante el Mallorca. El partido, marcado por un polémico arbitraje de Cruellas, acabó 2-0 y el Constància se veía abocado a jugar una promoción que resultaría fatal para sus intereses. Fue un punto de inflexión en la historia de los dos clubes. Con el posterior descenso de los inquers , el Mallorca se convertía en la referencia del balompié de las Islas.
Ahora, el Mallorca B se encomienda a su buena línea de juego en las últimas jornadas y el Constància se agarra a su carácter competitivo para enfrentarse en un duelo de alto voltaje que presentará una buena entrada en Son Bibiloni, donde los rojillos estarán arropados y donde se espera a cerca de 150 seguidores inquers .