La Fiscalía de Holanda acusó hoy de homicidio a tres jóvenes de entre 15 y 16 años detenidos como supuestos autores de la agresión a un juez de línea de 41 años, que falleció como consecuencia de los golpes recibidos, en un suceso que ha conmocionado al país.
La fiscalía holandesa indicó que los jóvenes «deberán comparecer el próximo 6 de diciembre ante el juez de instrucción bajo sospecha de homicidio, agresión y actos públicos de violencia», según un comunicado de prensa.
El juez de instrucción será el encargado de decidir sobre una posible prolongación de la detención de los tres futbolistas, que según las reglas nacionales de fútbol, al ser menores, solamente pueden ser suspendidos por tres años.
El mundo del fútbol en Holanda está de luto y el fallecimiento del árbitro asistente ocupa la portada de los grandes diarios.
La agresión al juez de línea aficionado Richard Niuwehuizen se produjo el domingo en las instalaciones del club de fútbol juvenil «Buitenboys B3», de la localidad de Almere (noroeste de Holanda), donde también jugaba el hijo del fallecido.
Según explica la prensa hoy, el partido, en el que el equipo local se enfrentaba al «B1 de Nieuw-Sloten», de Amsterdam, tuvo que ser interrumpido en varias ocasiones por presuntos episodios violentos.
Pese a que los testigos aseguran que no hubo ninguna decisión arbitral excesivamente polémica, explican que el juz de línea fue agredido por jugadores del equipo visitante, que le propinaron una patada en la cabeza y tres en el abdomen.
El asistente pudo caminar por su propio pie hasta la cantina del campo, pero se sintió indispuesto y fue trasladado al hospital, donde falleció el lunes.
El concejal de Deportes de Amsterdam, Eric van den Burg, declaró hoy a los medios que no ve razones para cerrar el club al que pertenecen los sospechosos, si bien indicó que había sido advertido en otras ocasiones por otros presuntos episodios violentos de sus miembros.
Según el presidente del club de fútbol de Almere, Marcel Oost, uno o dos menores más podrían estar implicados en el incidente, aunque la policía, que investiga los hechos, todavía no ha detenido a nadie más.
Los tres sospechosos han sido expulsados de por vida de su club de fútbol aficionado, que ha anunciado en su página web la anulación de todas las actividades previstas para esta semana, mientras que el club al que pertenece el hijo del fallecido ha reanudado los entrenamientos.
La Federación de Fútbol profesional (KNVB) ha emitido un comunicado lamentando el suceso y ha indicado que estudia celebrar un minuto de silencio en todos los partidos de la liga holandesa del fin de semana.