Una sonora pitada se escuchó hoy en el estadio Vicente Calderón cuando se interpretó el himno español en la final de la Copa del Rey que enfrenta al Athletic de Bilbao y al Barcelona en el estadio Vicente Calderón de Madrid.
A pesar de que el himno sólo sonó durante 21 segundos y se emitió a un alto volumen por los altavoces, la pitada de una buena parte de los más de 50.000 espectadores se pudo escuchar claramente.
Cuando concluyó el himno nacional el Príncipe Felipe, que preside la final en ausencia del Rey por seguir convaleciente de su operación de cadera, aplaudió desde el palco y los jugadores de ambos equipos saludaron a sus seguidores desde el campo.
La polémica sobre el comportamiento de los espectadores presentes en el estadio Vicente Calderón trascendió al ámbito político cuando el pasado martes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que no está presente en el palco, comentó que el partido debería suspenderse si se pitaba al himno español.
La gran mayoría de los políticos vascos y catalanes criticaron las palabras de Aguirre y desde el gobierno, tanto la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría como varios ministros y el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, intentaron sosegar el debate.
Sáenz de Santamaría, también presente en el palco, hizo hoy un llamamiento para que en esta final se deje a los aficionados que vean fútbol "sin ningún tipo de condicionante".
En la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría ha asegurado que acude al partido a "ver buen fútbol" y, además, lo hará "sin ningún tipo de presión de equipo".
Las medidas de seguridad en el estadio rojiblanco han sido muy estrictas y los registros previos al acceso al recinto exhaustivos.