El suizo Roger Federer se impuso hoy sin grandes dificultades al estadounidense Mardy Fish, número ocho del mundo, en la Copa de Maestros de Londres por 6-1, 3-6 y 6-3, en una hora y 47 minutos, con lo que refrendó su pase a las semifinales.
El suizo aturdió a su rival en el primer set, pero relajó su juego en el segundo, en el que el estadounidense pudo imponer su efectividad en los primeros servicios, por lo que tuvo que esperar al tercero para dar el definitivo golpe de autoridad al partido.
Federer, que acumula quince victorias consecutivas en el circuito, estará en las semifinales del torneo que reúne a los ocho mejores tenistas del mundo después de imponerse en los tres encuentros de la primera fase y haber sido el tenista que mejores sensaciones ha dejado hasta ahora sobre la pista dura del Masters.
El número cuatro en el ránking de la ATP llegó a este torneo como favorito debido a las dudas sobre el estado de forma del número uno, el serbio Novak Djokovic, y el segundo, el español Rafael Nadal, que cayeron derrotados en su segundo partido de la fase de grupos aunque todavía pueden clasificarse para las semifinales.
Federer afrontaba el duelo contra Fish con la tranquilidad de tener un pie y medio en la siguiente ronda, mientras que el estadounidense tampoco se jugaba mucho, ya prácticamente desahuciado tras haber perdido sus dos primeros partidos frente a Nadal y el francés Jo-Wilfried Tsonga.
Sin una tensión especial que favoreciese a Fish volvió a cumplirse la estadística y el estadounidense cayó de nuevo ante el suizo, como ha hecho en siete de las ocho ocasiones en las que se han visto las caras en una pista.
El de Minnesota sólo logró ganarle en 2008, en las semifinales de Indian Wells, aunque le causó serias dificultades el año pasado en la final de Cincinatti, cuando le arrebató el primer set y solo claudicó en el segundo tras el desempate.
En esta ocasión, el estadounidense abrió el partido poco afinado: evidenció dificultades para restar a Federer y cedió el primer juego en blanco para, acto seguido, sufrir más de la cuenta en un largo juego en el que el suizo acabó rompiendo su servicio.
El equilibrio del partido se había perdido desde los primeros compases en favor de Federer, que pecó de exceso de confianza y dejó que Fish se sobrepusiera con golpes dirigidos a su izquierda para terminar cediendo su iniciativa en el tercer juego del partido.
Aún así, cuando el suizo se mostraba concentrado, la recuperación del estadounidense no pasaba de ser un espejismo y Federer avasallaba a su rival obligándole a correr sobre el cemento azul del O2 Arena londinense para tratar de llegar a bolas lanzadas con precisión sobre la línea.
El suizo había dejado clara en diez minutos su autoridad sobre la pista y, con un Fish prácticamente desactivado, no necesitó gastar demasiadas energías para hacerse con el primer parcial por 6-1.
El juego de Federer parecía regirse por rachas y, tras varios intercambios en los que el suizo dominaba el juego por completo, dejaba después que fuera su rival quien dirigiera el partido.
En uno de esos valles en el juego del suizo, Fish logró colocarse con 3-1 de ventaja en el segundo set, y utilizó esa inercia ganadora para avanzar hacia un 6-3 y hacerse con el segundo parcial.
En el set definitivo, el juego de Federer arreció desde el primer minuto, y el suizo se mostró superior en todos los aspectos hasta anotarse el sexto juego en poco más de treinta minutos.