El Mallorca ya tiene a su servicio al primer fichaje del mercado de invierno. Marvin Ogunjimi, la gran esperanza del segundo proyecto de la era Serra, abrochó ayer el culebrón que empezó a rodarse el 31 de agosto y se pondrá a trabajar hoy mismo a las órdenes de Joaquín Caparrós en Son Bibiloni. El belga, que a partir de ahora estará ligado al club balear hasta el 2015, no podrá debutar en partido oficial hasta el mes de enero, aunque aprovechará el próximo mes y medio para habituarse a su nuevo lugar de trabajo y conocer a fondo la filosofía de una entidad que espera mitigar sus problemas ofensivos gracias a su fútbol.
Marvin Ogunjimi (Mechelen, Bélgica, 1987) se instala en Son Moix tras dos meses de travesía por el desierto. Comprometido al conjunto isleño desde el último día del mercado estival, el delantero ha permanecido a préstamo en su club de origen, el KRC Genk, después de que la FIFA no autorizase su inscripción tras recibir fuera de plazo la documentación correspondiente. En ese tiempo, el jugador ha contado menos de lo necesario para su entrenador y ni siquiera ha podido marcar un solo gol en la Jupiler Pro League, dos hechos que propiciaron que Caparrós acortara los plazos de su incorporación para acelerar la adaptación.
Ogunjimi llega con la lección memorizada, consciente de que le toca arreglar el gran problema con el que ha cargado hasta el momento su nuevo equipo. «Estoy muy feliz porque esto es un gran paso en mi carrera y porque jugar en una liga como esta es un sueño que tenía desde niño», exponía en su primera intervención como mallorquinista. «Y tengo claro el motivo por el que he sido contratado y trataré de hacerlo lo mejor posible para marcar todos los goles. Sé cuál va a ser mi cometido en este equipo», subrayaba a continuación.
El belga no quiso concederle demasiada importancia al hecho de no haber podido participar junto al Mallorca en este primer tercio de la competición y alega que «eso pertenece al pasado». «Lógicamente, en su momento estuve triste, pero ahora estoy aquí y además de estar muy feliz tengo muchas ganas de ponerme a trabajar», destacaba. «Pero ahora me siento fuerte y quiero ayudar marcando goles y aportando toda mi fuerza y mi fútbol para que el equipo vaya hacia adelante», consideraba.
Ogujimi justifica su falta de acierto ante la portería contraria de estos últimos meses en la falta de regularidad que ha padecido. «Después del fichaje por el Mallorca la situación era un poco difícil, pero estuve trabajando duro para estar al servicio de mi entrenador y las lesiones tampoco me han respetado mucho. Para marcar goles debes jugar todos los partidos al más alto nivel y yo no he tenido los minutos suficientes para disponer de un buen coeficiente goleador. Cuando he jugado lo he dado todo y estoy seguro de que con regularidad llegarán los tantos», apuntaba el nuevo killer bermellón.
El futbolista belga, que se expresa en inglés mientras aprende a comunicarse en castellano, mantiene una buena relación con Zuiverloon (ambos conversan habitualmente a través de la red social Twitter ) y eso le ha servido para estar en permanente contacto con la actualidad rojilla. «He seguido mucho al equipo desde Bélgica porque mantengo una buena amistad con Gianni. Hablamos cada día y él me ha puesto al corriente de cómo se trabaja aquí. Sé que el equipo acusa la falta de gol y que se está trabajando mucho para solucionar ese tema», desvelaba.
Ogunjimi se define como «un nueve auténtico» y cree que una de sus mayores virtudes es la rapidez de su juego. «Suelo estar en el sitio adecuado para marcar goles, que es lo que mejor sé hacer. Y, sobre todo, tengo mucha velocidad».