Pocas veces un partido levanta tanta expectación como el que está despertando el Mallorca-Villarreal de mañana. El rival no es el Barça ni el Madrid, sino el conjunto castellonense y la hora, -12:00 del mediodía- que a priori todo indicaba que era mala y sin gancho, se ha convertido en otro punto de especial motivación.
A nivel deportivo los tres puntos garantizarán la permanencia definitiva y para aumentar la dosis de 'morbo' la fiesta de 'coca de trampó' ha servido para recordar al Villarreal y a gran parte del vestuario del Mallorca, que el de hoy no es un partido más y que hay en juego el honor de una hinchada que se sintió golpeada por un club que consiguió en los despachos lo que no había logrado sobre el terreno de juego. Como consecuencia de todo esto es que las 3.000 entradas puestas a disposición de los socios a precios económicos se han agotado y esto no ocurre todo los días.
Cordura y contundencia
Ayer Michael Laudrup, como ya hizo el jueves Pierre Webó, ofreció alta dosis de cordura en su comparecencia pública, pero dijo en su tono de voz pausado, pero claro, que el choque de mañana es especial. «Mi filosofía es que hay que perdonar, pero nunca olvidar y no se olvida. Esta victoria tiene un significado muy importante», recordó el técnico danés en referencia a que no se puede dejar aparcada una crisis que terminó con el club balear expulsado de Europa a costa de la denuncia del Villarrel. «Es un partido un poco especial y tiene una importancia deportiva absoluta ya que con tres puntos más estamos salvados, eso es fundamental, sin olvidar el resto, el tema de despachos y un comportamiento que no se olvida», recordó el entrenador del Mallorca. Y es que la afición isleña nunca ha querido organizar una guerra ni nada parecido, pero sí recordar que se siente muy dolida por lo sucedido en verano y que terminó en una manifestación histórica en defensa de sus intereses. «Con todo lo que sucedió en el pasado, este partido es especial y además ganando sabemos que seguimos en primera a falta de tres jornadas y lo habremos conseguido con los problemas que hay en el club y que sigue habiendo», subrayó el danés.
Y es que el ex jugador del Barcelona tiene clara su filosofía. «No deseo mal a nadie, pero si alguien me ha hecho daño y tengo opciones de revancha, la quiero tomar cuando tengo al equipo en frente, pero no les deseo mal en otra competición», recordó el entrenador del Real Mallorca, que no se alegró porque el equipo amarillo no se clasificara para la final de la Europa League.
«Lo mejo posible»
Sin embargo, Laudrup cree que también es importante que el equipo se centre «para hacerlo lo mejor posible» porque según el entrenador, esta temporada tal y como se están desarrollando las jornadas, «nunca un equipo ha bajado con 43 puntos, pero este año tal vez puedan hacer falta más para garantizar la salvación. En este sentido podemos estar ante un año histórico», reflexionó el entrenador del Mallorca.
Pero Laudrup también tiene claro que no todo deben ser mensajes de revancha ni reproches, porque recordó que se medirán a un equipo con mucha calidad. «El Villarreal es un equipo muy bueno, es cuarto en la Liga, semifinalista de la UEFA y ven opciones de ir a por el tercer puesto y quieren ganar para dar un golpe más al Mallorca y asegurarse su cuarta plaza. Ellos tienen que notar que se miden a un equipo que quiere ganar por muchos motivos», precisó Laudrup. Desde el punto de vista futbolístico, el entrenador del Mallorca avanzó algunas de las claves por las que puede pasar el partido de mañana domingo. «Ellos utilizan gente de mucho toque y acumulan jugadores en el medio campo. Tienen una gran calidad arriba y nosotros deberemos también meter gente en el medio campo y tener mucho cuidado a que no puedan meter muchos balones en profundidad. Son muy hábiles en el uno contra uno y debemos presionar bien en medio para evitar que nos puedan meter balones», dijo el técnico del conjunto balear. Por los puntos, por el orgullo propio y por la afición. Por eso hay que ganarle mañana al Villarreal. Ese es el mensaje del entrenador.