Suevia 23
España 24
Suecia: Sjostrand; Ekberg (1), Carlen (4), Karlsson (1), Jernemyr (-), Kallman (6) y Doder (2) -equipo inicial- Andersson (ps), Gustafsson (-), Lennartsson (-), Arrhenius (-), Larholm (5), Jakobsson (1), Larsson (), Petersen (-) y Ekdahl du Rietz (3)
España: Sterbik; Rocas (-), Maqueda (1), Raúl Entrerríos (2), Cañellas (2), Ugalde (1) y Aguinagalde (4) -equipo inicial- Hombrados (ps), Roberto García (2), Gurbindo (4), Chema Rodríguez (-), Alberto Entrerríos (3), Romero (4, 1p), Morros (-), Juanín García (1p) y Garabaya (-)
Àrbitros: Krstic y Ljubic (Eslovenia). Excluyeron por dos minutos a Karlsson, Carlen, Jakobsson, Jernemyr y Kallman por Suecia; y a Aguinagalde (2), Ugalde y Cañellas por España. La selección española de balonmano ratificó su presencia entre los más grandes con un ajustado triunfo (23-24) sobre Suecia, que le permitió lograr una medalla de bronce que premió el excelente Mundial protagonizado.
Pese al sorprendente equipo que presentó Valero Rivera, el conjunto español evidenció desde el inicio, que ni el varapalo que supuso la derrota sufrida ante Dinamarca en semifinales, iba a mermar la ambición por cerrar el Mundial con una medalla.
Pero para lograr un bronce y más cuando se tiene como rival al equipo anfitrión, no basta sólo con voluntad. Es imprescindible un acierto, del que España, al menos de inicio, careció por completo.
Especialmente en el lanzamiento, donde los jugadores españoles se empeñaron una y otra vez en golpear al portero sueco Johan Sjostrand, una circunstancia que impidió aprovechar las dos exclusiones de las que dispuso para distanciarse en el marcador.
Por fortuna, los de Valero Rivera siempre pueden confiar en su solida defensa, su mejor argumento, que hoy estuvo perfectamente secundada por el portero Arpad Sterbik, que ya en el primer tiempo realizó el doble de paradas que en toda la semifinal.
Fortaleza defensiva y desacierto en ataque que permitieron a España sobrevivir en un marcador, en el que Suecia, también lastrada por sus numerosos errores, tan sólo tuvo una máxima renta de dos goles (10-8).
Distancia que España pudo finalmente enjugar con un espectacular tanto de Iker Romero, que resolvió con un lanzamiento con efecto, y un pase de extremo a extremo de Roberto García, que puso el 11-11 al llegar el descanso.
Esta renta volvió a dispararse en los primeros compases de la segunda mitad en los que España siguió lastrada por su bajísimo porcentaje de acierto en el lanzamiento, que en esta ocasión no tuvo arreglo en defensa.
Acierto que no le faltó a la gran estrella sueca, el lateral Oscar Carlén, que con tres goles casi consecutivos situó el marcador en un peligroso 16-13 para un conjunto español, necesitado urgentemente de una reacción.
El revulsivo de la selección española llegó con la presencia en pista de los hermanos Entrerríos y el joven Gurbindo en la primera línea de ataque, que por fin, pareció encontrar la fluidez necesaria para superar la defensa sueca.
Con sus tres «jugones» sobre la cancha, España comenzó a conectar con el pivote Julen Aguinagalde, que forzó una tras otra exclusiones y penaltis del rival, hasta permitir a la selección dar la vuelta al tanteador (16-19) con un contundente parcial de 6-0.
Esta renta, pese a reducirse a la mínima expresión, se logró mantener, incluso en inferioridad, gracias al acierto del joven Eduardo Gurbindo y, sobre todo, de Arpad Sterbik, que con sus intervenciones permitió continuar por delante al equipo español.
Finalmente, el esfuerzo del conjunto de Valero Ribera se vio recompensado, tras una última parada del cancerbero de origen serbio, para triunfar (23-24), y de esta manera regresar al podio de una gran competición internacional, tres años después de la tercera plaza lograda en los Juegos Olímpicos de Pekín.