A la cuarta fue la vencida para un Barça que cada vez que se midió contra el Rubín se estrelló contra una defensa inexpugnable, aunque el equipo azulgrana supo encontrarle por fin los puntos débiles y en dos de las pocas ocasiones de gol de que dispuso se llevó el partido (2-0).
El Rubín Kazán no desmereció la idea de fútbol que se ha aplicado con el Barcelona y con un juego ordenado, cerrando todas las posibles vías de agua en la retaguardia, mantuvo a línea a los barcelonistas, incapaces de llevar casi ni una vez el balón con peligro y controlado a la meta de Ryzhikov.
Con el innegociable propósito de impedir que el Barcelona marcase ni un sólo gol, el partido se convirtió en un aburrido y monótono enfrentamiento en el que el Barcelona tuvo la pelota en el centro del campo, la movió con lentitud y sin opciones claras de enviarla al área rival.
Así, las mejores acciones llegaron de lanzamientos desde lejos, sin que ninguno de ellos llevase peligro. Sólo en las lesiones de Jeffren, en una acción en solitario, y de Bojan, que recibió un golpe en la cabeza, el partido se sacudió un poco.
La primera parte, tras disparos de Thiago sin puntería, y alguna internada de un intenso Adriano por la banda izquierda, no tuvo mucha historia en azulgrana, a excepción de una gran parada de Pinto sobre la línea de gol, tras un envenenado balón que el lanzó Ansaldi, tras perder la verticalidad.
El Barcelona repleto de jugadores del filial, ya que después de las lesiones de Jeffren y Bojan, tuvo a los cinco jugadores del equipo B en el campo (Fontàs, Thiago, Jonathan, Víctor Vázquez y Bastra), no encontró muchas más soluciones que las que ha aportado el equipo titular en los tres partidos en los que se ha medido con el Rubin, sin victoria alguna.
En la segunda parte, el Barça volvió a robar la pelota, a tenerla casi en exclusividad, con la idea de buscar un agujero por donde colarla y entregarla a un compañeros que pudiese romper uno de los sistemas defensivos más impenetrables contra el que se ha medido.
El Barça la buscó con paciencia pero todo apuntaba que para penetrar entre las murallas del Rubín debía contar con el acierto individual de uno de sus jugadores, como así fue en el minuto 50, cuando Thiago efectuó una gran acción individual, cedió a Fontàs, quien, de disparo floto, tras tocar el balón con la mano Kaleshin, logró deshacer el empate (1-0).
Al poco de marcar el Barça, el Copenhague logró su segundo gol contra el Panathinaikos en Dinamarca, con lo que las opciones del Rubín para acabar segundo y pasar a octavos acabaron enterradas.
Con la mínima ventaja, Messi entró en el campo en el 62, con lo que Josep Guardiola premió a los poco más de 50.000 aficionados que se citaron en el Camp Nou, momento a partir del cual el fútbol mejoró por parte azulgrana.
En el mejor instante de fútbol del Barça llegó la acción más clara para los rusos, cuando el contragolpe que estuvo buscando durante todo el partido le llegó tras un error y pérdida de balón de Busquets, pero Pinto, que sustituyó a Víctor Valdés, estuvo sereno y certero en aguantar la aproximación de Murawski y le desbarató la jugada.
El Rubín tuvo buenos minutos, sin grandes llegadas, pero con un juego mucho más intencionado y con ganas de ir a buscar al Barça, después de largos minutos atrapado junto a su área.
Pero cuando más lo intentó el equipo ruso, en un robo de balón del Barcelona el joven Víctor Vázquez se encontró con la opción de un uno contra uno ante le meta y le coló el balón junto al palo, consiguiendo el segundo tanto azulgrana (2-0).
- Ficha técnica:
2. Barcelona: Pinto; Piqué, Busquets, Fontàs; Jonathan (Messi, min.62), Mascherano, Maxwell, Thiago Alcántara; Jeffren (Víctor Vázquez, min.12), Bojan (Bartra, min.32) y Adriano.
0. Rubín Kazán: Ryzhikov; Kuzmin, César Navas, Bocchetti, Ansaldi; Ryazantsev (Kasaev, min.62), Kaleshin, Noboa, Murawski; Karadeniz (Bystrov, min.75) y Martins (Medvedev, min.67).
Goles: 1-0, min.50: Fontàs. 2-0,min.83: Víctor Vázquez.
Àrbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Mostro cartulina amarilla a Ryzhikov (min.23).
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta y última jornada de la liguilla de la Champions, disputado en el Camp Nou del FC Barcelona, ante 50.436 aficionados, según datos facilitados por la organización.