El argentino Leo Messi (FC Barcelona) no sufre ningún tipo de fractura ósea en el tobillo derecho y las pruebas médicas a las que se sometió ayer confirmaron que padece un esguince de ligamentos que le impedirá jugar, inicialmente, ante el Sporting de Gijón y el Athletic de Bilbao.
Según el comunicado de los servicios médicos del FC Barcelona, Messi sufre un esguince en el ligamento lateral interno y en el ligamento lateral externo del tobillo derecho, producto de una dura entrada de Tomas Ujfalusi, defensa del Atlético de Madrid, que se produjo en una de las últimas acciones del partido del domingo.
Al no existir lesiones óseas asociadas, la disponibilidad del jugador se valorará a partir de la evolución del problema físico, aunque parece muy improbable que pueda estar disponible para el partido europeo ante el Rubin Kazan del próximo 29 de septiembre.
Tras los compromisos ante el Sporting (22 septiembre), Athletic (25) y Rubin (29), el Barça jugará en casa ante el Mallorca (primer fin de semana de octubre), antes de que se interrumpa nuevamente el campeonato a causa de los compromisos de las selecciones nacionales.
La selección de Argentina, dirigida por Sergio Batista, disputará entre el 8 y el 12 de octubre dos partidos amistosos.
Intención
El causante de la lesión del argentino, el checo Tomas Ujfalusi, defensa del Atlético de Madrid, pidió ayer «disculpas» por su acción y aseguró que no fue su intención lesionar al jugador azulgrana. «Lo siento. Quería pedir disculpas públicamente, porque sinceramente no fue mi intención. Quería disputar la pelota, la toqué también y tuve mala suerte, bajando el pie y pisando el tobillo de Messi. Lo siento y espero que se recupere pronto», explicó.
Ujfalusi, que reconoció que «asustan» las imágenes del tobillo del futbolista azulgrana tras la entrada, aún no ha hablado con Messi: «Lo intenté ayer, pero lógicamente Lio estaba caliente después de lo que pasó y hoy por la mañana le mandé un mensaje desde el teléfono del Kun pidiendo disculpas».
Por su parte, David Villa, compañero de Messi, aseguró que la entrada «da repelús» al verla, aunque exculpó al checo al intuir que «no iba con mala intención». «Los gestos de dolor de Messi hacían temer lo peor. Dentro de lo malo, es una suerte», dijo.