El montañero aragonés Carlos Pauner, que holló el pasado 27 de abril la cima del Annapurna, aseguró a su llegada a Zaragoza que «es muy fácil hablar desde casa», al respecto del fallecimiento del mallorquín Tolo Calafat, que formaba parte de la expedición junto a Juanito Oiarzabal. «Cuando veo los toros desde mi casa también digo que me arrimaría más o que metería la muleta por el pitón derecho o el izquierdo, pero la gente habla sin tener ni idea», comentó. Al respecto del fallecimiento de Calafat recordó que llegó a la cima «un cuarto de hora después» que Oiarzábal y él y que no tenía síntomas de fatiga, cansancio o problemas físicos y fue en el descenso cuando «perdió las fuerzas». El jacetano recordó que se trata de una montaña «de alto riesgo» y en la que «lo fácil es morir y lo difícil es estar vivo, en la que cualquier esfuerzo, fallo o cosa que vaya mal provoca la muerte».
Sobre el intento de rescate por parte de los sherpas de la coreana Oh Eun-sun, Pauner habló con ella para ver si era posible unir alguno de ellos al que tenían Pauner y Oiarzábal y le contestó «'no', porque estaban cansados y tocados y que no querían subir. Ya está y punto, y no hay más polémica porque no se puede obligar a la gente a jugarse la vida por alguien. Juanito se pasó cargando contra la coreana porque no tiene ninguna culpa. La culpa, únicamente si es de alguien, es de Tolo. Nosotros, con la esperanza de ayudar a un compañero, no lo dudamos y arriesgamos la vida», comentó. El jaqués dijo que ahora lo que quieren es descansar y explicarle a la familia de Calafat «lo que pasó y darle sus efectos personales».