Cuando Tiger Woods, por fin, logró su deseado trueque verbal en Augusta y cambió sexo por sólo golf, un mito viviente de este deporte como Tom Watson, de 60 años, desvió la atención hacia sí mismo por sus 67 golpes (-5) y su liderazgo provisional compartido en el estreno del Masters 2010.
Este Masters era especial, sin duda por el regreso del deportista mejor pagado del mundo envuelto en un culebrón repleto de sexo e infidelidades. Tiger eligió Augusta para volver a ser jugador de golf y enfrentarse con la otra vara de medir de la sociedad norteamericana.
Woods pisó ayer el tee del uno sonriente. Su caddie, el neozelandés Steve Williams, ya tenía preparado algún chascarrillo entre sus notas de golf para quitar peso específico al instante.
El californiano, con polo de tonos grises y verdes, los colores de su reciente pasado y su mirada al futuro, se concentró, lanzó la misma mirada de reojo de siempre al posible lugar de aterrizaje de su bola. La mirada asesina, la que tantos éxitos le ha reportado.
Tiger pegó duro al drive, como siempre. Atrapó la calle sin problemas. La ovación acompañó a Tiger en su camino hacia su bola, hacia una nueva vida. Augusta perdonó al golfista que ha ganado ya cuatro Chaquetas Verdes y catorce Grandes, pero que no vence en este torneo desde 2005.
Ese era el guión y se cumplió. Lo que no estaba escrito en él fue la sorpresa que fue fabricando golpe a golpe, paso a paso, el sexagenario Tom Watson en el largo, duro y seco campo de Augusta.
A sus 60 años, cuando muchos humanos miran ya de cerca su retiro, Watson se dedica a apabullar a golfistas que aún no habían nacido cuando él tenía 30 años. Como los españoles Sergio García (30 años, +2 en el hoyo 12) o el gaditano de 28 años Alvaro Quirós (ayer flojo estreno con 73 golpes).
Con cinco «birdies», especialmente meritorios los de los hoyos 15, 16 y 18, Watson igualó con los 65 golpes del estreno su mejor ronda en este torneo, que hizo ya hace 20 años.
La película de la jornada inaugural, que iba destinada en exclusiva a Tiger (-3 cuando camina por el hoyo 10), tuvo un protagonista inesperado, como hizo Tom Watson el año pasado cuando perdió en un desempate la posibilidad de convertirse en el ganador de más edad del Open Británico.
Watson, por el momento, lidera el primer «Grande» del año junto al inglés Lee Westwood (cuarto del mundo), el estadounidense Phil Mickelson (tercero) y el coreano Y.E.Yang (campeón del US PGA 2009).