Es uno de los grandes clásicos del pelotón, un coto inicialmente holandés, pero en el que el español empieza a chapurrearse cada vez con mayor claridad. Y la culpa la tienen dos de los ciclistas españoles con más clase que se han conocido en los últimos tiempos. Erik Dekker tiene la suerte de contar en sus filas con dos valores seguros, dos clásicos que se reencuentran con Mallorca y con una Challenge que valoran como primera escala del curso. Óscar Freire y Juanma Gárate, dos grandes del pedal con el denominador común de pertenecer a la generación del 76, empiezan a trazar por nuestras carreteras las líneas maestras de un curso plagado de alicientes, y con varias citas marcadas en rojo.
Freire sabe bien lo que es ganar en la Challenge -acumula siete victorias desde el año 2000-, y sólo en dos ocasiones ha faltado a la cita. «Empiezo con menos presión que en otros años, pero si se presenta la oportunidad, me gustaría ganar alguno de los trofeos de la Challenge. Habrá competencia (señala a Greipel), pero si estoy bien, puedo conseguirlo», advierte el de Torrelavega, triple campeón del mundo (1999, 2001 y 2004) y maillot verde del Tour, entre otros muchos méritos. Freire correrá en Palma, Son Servera y Calvià «para probarme, y en carrera, veré cuáles son mis sensaciones», explica.
Formato
La creación de la Combinada y el formato de la Challenge son dos factores que animan al velocista a pasar cada invierno por la isla. «Es un lugar sensacional para entrenar, y el poder elegir qué pruebas corres hace que todos los equipos puedan traer a muchos ciclistas, y la hace más atractiva. El formato de la Challenge es ideal y da más nivel a la prueba», asevera el esprinter de cabecera del Rabobank, que fija su punto de mira en el Mundial de Melbourne. En casa del poseedor del arco iris, Cadel Evans, Freire buscará su cuarto título mundial, algo inédito en el ciclismo en ruta. «Quiero prepararlo bien, sé que no es fácil, porque en una carrera de un día influyen la táctica, los rivales y uno mismo, pero me ilusiona, claro que sí», admite el corredor, que aplaza su adiós a la bicicleta hasta el final de 2011, «porque creo que tengo cuerda todavía», comenta en todo jovial Freire.
Por el momento, para 2010 ha variado su calendario. Óscar correrá el Giro, «al menos las dos primeras semanas, porque en la última hay bastante montaña, y para llegar bien al Tour, pero para mí, la temporada empieza a ser fuerte en la Milán San Remo. Después vendrán las clásicas y el Giro de Italia. Un año cargado...», dice.
Y del curso que se avecina y el futuro, deja ver Freire que «Contador es el hombre a batir, y pueden plantearle batalla los Schleck, pero en lo que a mí respecta, cada vez hay más competencia en los esprints, viene gente por detrás con ambición, y eso es bueno».
Consagración
Otro libro de ruta sigue Juanma Gárate. El ex campeón de España (2005), entró en la leyenda el pasado mes de julio al vencer en el Mont Ventoux, en la penúltima etapa del Tour de Francia. Ahora, y tras haber vencido al menos una etapa en las tres grandes (Vuelta en 2001; Giro en 2006 y Tour en 2009), le ilusiona volver a ganar en la ronda española. «Mi primer pico de forma llegará en abril y mayo, y en París-Niza tendré mi primera piedra de toque, pero el Tour y la Vuelta son mis objetivos prioritarios, en especial, ganar una etapa en casa, que hace muchos años de la última», dijo Gárate, que vio «cumplido un sueño, cómo se cerraba el círculo» en el Mont Ventoux, donde afirmó haber vivido «un momento único». Freire y Gárate permiten que una potencia como España ocupe su lugar en todo un clásico.