De los 122 equipos que componen el fútbol profesional (20 de Primera, 22 de Segunda y 80 de Segunda B) sólo dos pueden presumir de no haber perdido ni un solo partido. Uno es el Barça de Guardiola, el vigente poseedor del triplete. Y el otro... el Mallorca B de Jaume Bauçà, un grupo formado en un 80% por el bloque que el pasado verano militaba en Tercera División, con una media de edad de apenas 20 años y que se ha convertido en el mejor filial de España. Lidera el Grupo III de la Segunda B con unos números que asustan, nueve victorias y cinco empates en 14 jornadas, y que invitan al optimismo. Jaume Bauçà, el jefe de La Fábrica, atendió ayer a este periódico para analizar las claves de un filial que cotiza al alza.
«Soñar es libre, aunque es evidente que nunca contemplamos este inicio. El equipo está rindiendo por encima de sus posibilidades». Bauçà tiene experiencia. Sabe relativizar el éxito y desdramatizar el fracaso. A pesar de la extraordinaria racha del Mallorca B, que contabiliza ya 27 partidos consecutivos sin conocer la derrota en la Liga regular -cayó en la liguilla de ascenso- el técnico sineuer no quiere pensar en nada más que no sea el próximo encuentro.
«No hay que cambiar el objetivo que nos marcamos. Si alguien nos hubiera dicho antes de iniciar la temporada que podríamos aspirar al ascenso, se le hubiese calificado cuando menos de insensato. Y debemos mantener esa línea porque hasta ahora, pensando en el día a día, nos ha ido bien. La meta es la permanencia. Sin duda». Bauçà quiere frenar la euforia. No olvida la condición de filial del bloque. El B está al servicio del primer equipo para cuando lo necesite. Y después pueden aparecer las lesiones o algunas baja inesperada. «Nuestro primer objetivo debe ser preparar a los jugadores para la primera plantilla», recalca el entrenador mallorquín.
Sin embargo, los números dicen lo contrario. Totaliza ya 32 puntos, sólo uno menos de los que sumó el Atlètic Balears en toda la pasada campaña y ya aventaja en 7 puntos al quinto clasificado...
El dato es, para Jaume Bauçà, «un orgullo añadido» que no deja de ser anecdótico. «Tiene su importancia porque refleja que el equipo ha sido capaz no sólo de la transición de Tercera a Segunda B, sino de mantener ese grado de intensidad necesario. Porque no es nada fácil mantener una imbatibilidad de 14 jornadas sea la categoría que sea», subraya Bauçà, un técnico que ya firmó rachas notables de imbatibilidad a los mandos del primer equipo del Real Mallorca o el Constancia.
Uno de los aspectos que el técnico remarca es el reparto casi equitativo a la hora de marcar. Así, 13 jugadores se reparten los 26 goles: Truyols, Nacho Casanova y Sergi Enrich (3 goles); Paco Vázquez, Martí Noceras, Jaime, Rubén, Xisco (2) y Pina, Alberto, Ximo y Pereiro (1).
Aunque el entrenador de Sineu no es partidario de personalizar, Bauçà considera que sus futbolistas están preparados para, individualmente, poder aportar su granito de arena al primer equipo. «Los futbolistas están más cerca que nunca de la posibilidad de ganar dinero, de ganarse la vida con el fútbol y me ha sorprendido la gran confianza en sus propias posibilidades. Es una de las claves»
El filial está destacando por su toque y el trato que dispensa al balón, pero sin renunciar al carácter que requiere una categoría plagada de futbolistas veteranos.
De los 22 futbolistas que integran el vestuario del equipo nodriza, 13 de ellos son baleares (10 mallorquines, 2 menorquines y 1 ibicenco), cuatro canarios y uno en representación de Cádiz, Alicante, Madrid y Barcelona. El francés Michael Pereira es el único extranjero de un grupo con una plantilla definida y con un puñado de valores que cotizan al alza. Desde Nauzet hasta Enrich pasando por Kevin, Noceras, Ximo, Truyols, Paco Vázquez, Alberto, Pina, Enrich, Dani Castellano, Xisco, Rubén Carreras o Nacho Casanova. Un filial de lujo. El mejor de España.