La herencia de los Martí Mingarro amenaza con agravar el delicado estado de salud del Mallorca y el escándalo destapado por Mateu Alemany durante la noche del miércoles sigue arrojando datos escalofriantes. Mientras la titular del Juzgado de Instrucción 10 de Palma, Carmen Abrines, estudia si acepta o no a trámite la denuncia penal por presunta apropiación indebida presentada por el actual propietario del club en contra Javier Martí Asensio, las primeras investigaciones acerca de los movimientos económicos que realizó el ex consejero delegado con una tarjeta de crédito a nombre de la entidad revelan informaciones sorprendentes. Pagos realizados a altas horas de la madrugada, presumiblemente en locales de alterne, compras de regalos y otros desembolsos dificilmente justificables (muchos de ellos en Madrid) ilustran una cuenta de gastos que en sólo tres meses ha ascendido a 12.000 euros. Por si fuera poco, el hijo del anterior dueño abandonó la Isla tras apoderarse de varios pagarés en blanco de la sociedad isleña, lo que ha propiciado que el Mallorca tuviera que ponerse en contacto con los bancos para advertirles de que no abonaran ninguna cantidad.
Mateu Alemany no pierde el tiempo. El martes recuperó el control del Mallorca después de que la familia Martí aceptase renunciar ante notario al contrato de compraventa que ambas partes firmaron en agosto y el miércoles por la mañana se arremangó para analizar la gestión de sus antecesores. Su primer movimiento fue poner en marcha una auditoría para conocer en profundidad lo que ha sucedido en los últimos noventa días en torno a las arcas del club, aunque desde el primer momento se detectaron graves irregularidades. La primera y más importante, que no se aclarará hasta que concluya ese examen, es el presunto desvío de unos 600.000 euros (100 millones de las extintas pesetas) a empresas del Grupo Safín. Se sospecha que con este montante económico la propiedad anterior podía haber liquidado el pago del primer plazo pactado con Alemany por la venta su paquete accionarial. Además, se han detectado otros gastos sin justificar que superan los 100.000 euros y entre los mismos figuran los 12.000 que Martí Asensio ha cargado a la Visa de la entidad. Desde el club ya se está rastreando la procedencia de los mismos, aunque se intuye que corresponden a locales de alterne y que, por lo tanto, resultan difícilmente achacables a un club de fútbol.