El Real Madrid dejó escapar una ocasión única de fulminar la 'maldición de San Siro', estadio donde nunca ha ganado en Liga de Campeones, y pese a firmar la mejor primera parte de la temporada, le faltó continuidad en su fútbol para dar un golpe de autoridad (1-1).
Ha encontrado Pellegrini su equipo tipo, aún sin Cristiano y con Raúl en el banquillo. Higuaín merecía continuidad y la paciencia con Benzema acabó dando resultado. Las piezas de Pellegrini han empezado a encajar desde que por fin cedió a ubicar a Arbeloa en el lateral izquierdo. Da más consistencia defensiva y el Madrid dejó a un lado el ambiente de San Siro para salir a por el partido. Con los errores del encuentro del Bernabéu aprendidos, el conjunto madridista impuso un alto ritmo para desgastar a un Milán con una media de edad superior a la treintena de años.
La imagen de fuerza de la primera parte no fue secundada en la segunda. Kaká era el gran protagonista del partido. Regresó a la casa donde se convirtió en el mejor del mundo. Activo en cada minuto, no se cansó de intentarlo. Hasta en cuatro ocasiones disparó a Dida. En una de ellas nació el gol blanco. Antes el Milán fue sorprendido por el Real Madrid, superado en cada acción y con Dida sin dejar de intervenir a disparos de Benzema (min.6), Higuaín (min.8) y 'Lass' (min.9). Salía a parada por minuto.
Como ocurrió en el Bernabéu, Pato era el peligro del Milán. A la contra sus diabluras y la visión de Ronaldinho mantenían en vilo a Casillas. Providencial el portero madrileño en la única ocasión que Pato se quedó libre de marca, ganando el mano a mano a los 24 minutos tras una clara falta a Higuaín no señalada. El colegiado alemán Felix Brych permitía mucho contacto.
Benzema retomó el testigo de Joseito, el único madridista que marcó en competición europea en San Siro, en 1956. El galo aprovechó un rechace de Dida a disparo de Kaká para adelantar a los blancos. Era el premio justo al mejor Madrid de la temporada, pero la maldición de San Siro debía justificarse. En una acción aislada, Pepe se lanzó y desvió con el brazo. Penalti. Ronaldinho no falló. Como ocurrió en el Bernabéu, el Madrid pudo pagar caro unos minutos de duda. En esta ocasión el gol de Pato fue anulado por una dudosa falta sobre Arbeloa.
En la segunda mitad el Milán adelantó líneas y pasó a tomar el mando, pero pudo caer el partido para cualquier lado. . Benzema y Kaká disparaban a las manos de Dida, que impidió el triunfo blanco con sendos disparos de Raúl y Marcelo, pero los locales también tuvieron sus opciones, en especial, a balón parado.