La propiedad del Real Mallorca está bajo sospecha. Apenas han transcurrido dos meses de competición y la familia Martí Mingarro está incumpliendo su calendario de pagos. El club, como informó Ultima Hora en su edición del pasado lunes, adeuda a la plantilla los 90.000 euros por ganar al Getafe -a los que se suman otros 30.000 por empatar en el Vicente Calderón- y también se están produciendo impagos a proveedores. La situación se agrava porque la próxima semana la entidad deberá hacer frente a las nóminas de los empleados de la entidad...
 Para atajar esta hemorragia económica, la propiedad está obligada a exhibir su músculo financiero. Hoy por hoy, el Mallorca es incapaz de generar recursos porque los bancos están cerrando todas las puertas. O Javier Martí Mingarro, el propietario, se rasca el bolsillo o la SAD balear se situará al borde del precipicio. La actuación de Javier Martí ha creado malestar en el seno del consejo de administración, que se pregunta si la propiedad no puede hacer frente a las primas en el mes de octubre, qué pasará cuando deba acometer los pagos importantes, como el de Hacienda.
En la octava jornada, la propiedad ya tiene una prima pendiente con la plantilla, que pueden ser dos si el próximo viernes tampoco abona el premio extra pactado tras empatar en el Vicente Calderón. Sumando ambas, la cantidad asciende a 90.000 euros, una cifra nimia tratándose de un club de fútbol que maneja un presupuesto de 35 millones. También los proveedores comienzan a comprobar cómo se están devolviendo pagarés, una muestra más del incumplimiento en el calendario de pagos de la propiedad, que adquirió el club el pasado 7 de agosto con la intención de gestionar y reducir la deuda...
La delicada situación financiera de la entidad servirá para comprobar hasta dónde alcanza el músculo financiero de la propiedad. Hoy por hoy, el Mallorca es un club incapaz de generar recursos propios. Los bancos están negando cualquier financiación y la única vía de escape de la sociedad pasa por la economía personal de la familia Martí Mingarro y está dónde está dispuesta a exhibir su capacidad financiera. Al margen de abonar las primas a la plantilla, una deuda que seguirá aumentando a medida que el equipo cumpla sobre el terreno de juego -cada punto equivale a 30.000 euros a repartir entre la plantilla- la próxima semana también se deberá hacer frente al pago de la nómina del mes a los cerca de setenta empleados de la entidad, otra prueba de fuego para comprobar la salud económica de la propiedad.
El ambiente por los pasillos de Son Moix es de guerra civil. La relación entre Javier Martí Asensio y Gregorio Manzano es inexistente y ya ni siquiera ocultan sus diferencias, que son irreconciliables. Consejero delegado y entrenador chocaron en los primeros días de convivencia, pero la situación se ha agravado. Los desplantes al técnico andaluz son constantes y media España ya sabe que el Mallorca está buscando entrenador para la próxima temporada. Han sido varios los colegas de Manzano tentados en nombre del club balear por Gori Muñoz y Gonzalo Fernández de Córdoba, los asesores externos del consejero delegado. También existen fisuras en las relaciones entre Javier Martí y el presidente institucional Tomeu Vidal, que no asistió al Vicente Calderón.
La presencia permanente de Javier Martí Asensio en Madrid ha creado malestar entre algunos consejeros de la entidad. La actuación del consejero delegado provoca un vacío de poder en una entidad que se encuentra atada de pies y manos. Cualquier trámite, por mínimo que sea, se eterniza en el principal despacho de la planta noble por la ausencia de Martí Asensio, la única persona con firma dentro de la SAD balear. El consejero delegado, que vociferó en sus primeras comparecencias que se compraría una casa en la Isla, apenas ha pisado Palma durante este mes de octubre. Sólo acude para estar sentado en el palco cuando el Mallorca juega en casa o para comparecer en algún acto público para irse al día siguiente. Por el club, apenas aparece...
Ernesto Chaves, director financiero del Real Mallorca y único fichaje de la familia Martí Mingarro para reforzar la estructura interna de la entidad, está meditando abandonar el club. Con una dilatada experiencia en multinacionales de prestigio, Chaves no comparte las decisiones que está adoptando Javier Martí. El director financiero aceptó la oferta por su amistad personal con el consejero delegado, su actual jefe, pero los acontecimientos y, sobre todo, la ausencia de un proyecto, de unas directrices y unas guías que marquen el futuro, le han hecho cambiar de opinión hasta el punto de estudiar la posibilidad de dejar la entidad.