El ciclismo mallorquín está vivo. Al menos, los más veteranos del pelotón quisieron dejarlo claro ante los mejores del viejo continente. La Copa de Europa de Másters, piedra de toque de la XII Semana Internacional, dejó el mejor balance que se recuerda en mucho tiempo, y evidenció que Wladimir Gottfried quiere recuperar el cetro de la clásica isleña.
El habitual trazado de 11'5 kilómetros con epicentro en la Platja de Palma y un calor que a más de uno cogió por sorpresa fueron los principales ingredientes de una jornada que comenzaba de manera movida. Las caídas marcaban el desenlace de la carrera de Másters 50 y 55 -con escasa participación mallorquina-. Un final en el que el alemán Wladimir Gottfried se sacaba la espina con una victoria que ansiaba (M55), con el permiso de Freddy Vlerick (ganador en M50). Joop Ribeers y el español José Luis Blanco se conformaban con la plata, mientras Tolo Quetglas (10º en M50) era el mejor entre los anfitriones.
Emoción
Camino del ecuador de la jornada, la carrera de Másters 30, 35 y Séniors ponía sobre el adoquín de la Platja de Palma a las mejores bazas mallorquinas. La carrera prometía y las expectativas se iban a cumplir giro a giro.
El control del pelotón resultó estricto en los primeros kilómetros, pero poco pudieron hacer cuando Javier Peris, Raúl Jiménez y Martin Brechmann decidieron marcharse y jugarse las medallas en M30. Su fuga pasó de ser un mero conato a adquirir forma en el cuarto paso por meta. Con más de un minuto, la cosa empezaba a tomar forma. Por detrás, sorprendía ver bastante lejos de la zona noble al omnipresente Miquel Joan Adrover.
Los tres fugados aguantaron el tipo pese al acoso del grupo, pero Peris fue quien mejor supo manejar la tensión de la llegada, celebrando a lo grande un oro que tendría continuidad en la plata de Raúl Jiménez. Francisco Robles rozó el cajón -acabó cuarto-, mientras Jaume Oliver y Pere Lluís Garau se colaron entre los diez mejores. Eso sí, en la pugna dentro del pelotón, Emilio Monagas y Àngel González se colgaban el oro y la plata en Másters 35, con el arco iris de Flavio Pasquino como mudo testigo. Aquí no acabó el festival balear, pues en Séniors, Sebastià Amer amontonaba otro título y hacía que el himno español sonara por tercera vez en la carrera con mas peso.
Balears hacía historia con cinco medallas que elevan el listón hasa límites hasta ahora desconocidos, y dejan al ciclismo español como principal potencia continental. Seis preseas y cinco diplomas en las tres categorías de menor edad así lo evidencian, y anticipan una Semana apasionante.
Con la resaca de una mañana de gloria, les llegó el turno a los que más kilómetros acumulan en sus piernas. Los Másters 60 y 65 completaron un pelotón que derrochó esfuerzo e ilusión en cada pedalada. Y que siempre controló a los que intentaron vulnerar sus disciplina. Fue el caso de De Meester, Debecker y Reis, a la postre protagonistas.