Carlos Montes de Oca / Miquel Alzamora
Desbandada en el consejo de administración del Real Mallorca SAD. Apenas 72 horas después del desembarco de la familia Martí Mingarro, una porción notable de los consejeros -siete de los nueve miembros actuales- han tomado la decisión de abandonar la entidad. A las salidas confirmadas de Mateu Alemany -que se irá una vez concluida la etapa de transición- y Joan Buades, se sumarán en breve las renuncias de los directivos afines a ambos y que suponen prácticamente el 80% del órgano de poder mallorquinista.
Así, además de las bajas del presidente y del secretario del consejo y asesor jurídico de la entidad, cerrarán la puerta de la SAD el vicesecretario Luis Huerta -que no forma parte del consejo- y los vocales Pere Terrassa, Alvaro Delgado y Antoni Tugores, que dejará la entidad después de 19 años de servicio y de una amplia experiencia como delegado de campo. Posiblemente Francisca March tampoco se embarcará en el nuevo proyecto, mientras que el futuro del vicepresidente José Miguel García y del vocal Miquel Vaquer es una incógnita.
La renuncia de Joan Buades no sólo a presidir el Mallorca, sino también a permanecer en el club, cerrando así una etapa de 23 años, ha provocado las primeras turbulencias de la nueva propiedad. Al parecer, el ya ex asesor jurídico de la entidad recibió la propuesta para tomar el relevo de Alemany y convertirse en el nuevo presidente de la entidad. Así, al menos, fue confirmado por Luis Martín Mingarro el pasado viernes, durante la rueda de prensa. Sin embargo, el propio Buades optó por no asegurar nada. Y es que, según ha podido saber este periódico, el abogado no quería ser un presidente de transición hasta el desembarco de José María Lafuente Balle -el preferido por la propiedad- y, entre la molestia y el enfado, presentó su renuncia. Lógicamente, su marcha ha provocado un efecto dominó. Luis Huerta y Toni Tugores, del Bufete Buades, tampoco continuarán en la entidad.