Miquel Alzamora
Joan Buades asumirá la presidencia del Real Mallorca en la etapa de Carlos González como propietario del club balear. Tal y como publicó ayer Ultima Hora, su nombre formaba parte de una terna en la que también se encontraban los nombres de Guillem Reynés y Xavier Cabotà, pero finalmente es Buades el hombre escogido. El empresario tinerfeño, que ayer pactó, pero no firmó, una opción de compra preferencial de las acciones de Mateu Alemany, dio el OK a la operación de 'mallorquinizar' su proyecto. Buades es el 'candidato' elegido por Alemany y que además cuenta con el beneplácito del resto de miembros del consejo de administración que ven en la figura del abogado al 'hombre ideal' para afrontar el reto de desempeñar la presidencia institucional del Real Mallorca.
Esta será la segunda ocasión desde que el club certificase el ascenso a Primera hace trece años, que se confía en la figura de un presidente no ejecutivo. En la época de Antonio Asensio fue Guillem Reynés quien accedió a la presidencia, que en su caso también fue institucional. Le sustituyó Mateu Alemany, que pasó a desempeñar el cargo de presidente, pero en función ejecutiva, es decir, con poder de decisión en todos los ámbitos.
'Mallorquinizar' el club
La frustrada venta del club al grupo liderado por Llorenç Serra Ferrer ha motivado que tanto Alemany como González trazaran un plan de actuación que permitiera 'mallorquinizar' el club en su órgano de gobierno. Por este motivo, el empresario tinerfeño ve con muy buenos ojos no sólo el hecho de situar a Buades en la presidencia, incluso contar con un elevado número de los actuales miembros del consejo de administración que en estos momentos arropan a Mateu Alemany en la planta noble de Son Moix.
Buades ha sido el hombre de máxima confianza de Alemany en el club junto a Guillem Coll y durante el reciente mandato del abogado de Andratx ha vuelto a jugar un papel clave en las decisiones tomadas por éste en los últimos meses. El mallorquín ocupa el cargo de secretario del actual consejo de administración del Mallorca y su eficaz labor como jefe de los servicios jurídicos de la entidad balear le ha permitido ocupar un puesto siempre de gran relevancia en la institución convirtiéndose en una persona imprescindible para los diferentes propietarios del club, sobre todo, en las épocas en las que ha estado Mateu Alemany al frente del Mallorca.
Paralelamente al ofrecimiento que se le ha llevado a cabo a Buades, la intención del candidato a comprar el Mallorca es la de confiar en la gran mayoría de consejeros de la entidad rojilla, de ahí que durante estos días se haya valorado tanto por parte de Alemany como del propio González qué grupo de consejeros podrían formar parte del nuevo proyecto.
Mateu Alemany se rodeó de nueve personas, algunas de su máxima confianza, a la hora de formar el consejo de administración del club. Además del vicepresidente, José Miguel García que se encontraba ya en el consejo y también de Miquel Vaquer, el abogado repescó a Pere Terrassa, mantuvo también a Toni Tugores y Joan Buades y confió de nuevo en Francisca March y Àlvaro Delgado. También siguió en el consejo el abogado del Bufete Buades, Luis Huerta. Paralelamente a la consolidación de este consejo de administración, el actual presidente formó también un consejo asesor formado por personas vinculadas a la sociedad mallorquina y al club con el fin de que la Isla volviera de una forma u otra a identificares con el proyecto de club y de entidad. Ahora el objetivo es mantener la base, sobre todo del consejo de administración, que se verá completado con las personas de confianza de González si finalmente este se hace con el 94% de las acciones de Mateu Alemany.