Carlos de TorresANDORRA
Alberto Contador despejó las dudas sobre quién debe ser el jefe de filas en el Astana con una corta pero intensa demostración ante todos sus rivales en los dos últimos kilómetros de la primera etapa pirenaica del Tour, disputada entre Barcelona y Arcalís (Andorra), en la que se impuso el francés Brice Feillu y el italiano Rinaldo Nocentini se vistió de amarillo. Mientras Feillu levantaba los brazos, Contador soltó el arreón definitivo. Un ataque incontestable, que despeja dudas sobre su liderazgo y que servirá para calmar los ánimos en el Astana. Sólo fueron 21 segundos de renta sobre sus rivales, Armstrong incluído, pero suficientes para coser en su maillot los galones de su escuadra. El madrileño ya es segundo en la general, a 6 segundos de Nocentini. Armstrong pasó al tercer escalón del podio a 8 segundos y la hegemonía del Astana se extiende a la cuarta posición con Leipheimer y la sexta de Kloden.
No se movieron el resto de los ilustres en la etapa más larga del Tour 2009, no hubo ataques a los hombres fuertes, y tampoco tuvieron fuerzas para responder a Contador. Andy Schleck es noveno a 1.49 minutos y fuera del «top ten» aparecen Sastre a 2.52, Evans a 3.07 y a más de 5 minutos Mikel Astarloza, Denis Menchov y Oscar Pereiro. No hubo duelo Contador-Armstrong, el americano no se movió cuando atacó su compañero, no quemaron las naves los eternos candidatos y Sastre no tomó la palabra. En definitiva, la etapa reina puso a Contador en la pole y elevó a los altares a Feillu y Nocentini, imprevistos invitados a la fiesta de Contador.