Castillo, San Roque de Lepe y Tenerife B. Los equipos baleares que aspiran a jugar en Segunda B la próxima temporada ya conocen el último tramo del trayecto. Mallorca B y Sporting Mahonés se jugarán el salto de categoría ante dos de los supervivientes canarios, mientras que el Binissalem intentará moldear la tercera hazaña consecutiva ante el campeón del grupo occidental andaluz. Tres rivales con pedigrí para calibrar la dimensión real que ha ido adquiriendo el fútbol isleño durante los últimos tiempos.
Al Mallorca B, que alcanza la ronda definitiva con la etiqueta de favorito pegada a la frente, le espera un Castillo ansioso por recuperar el asiento que perdió hace tres años. El filial bermellón, que ya se enfrentó al conjunto que hoy dirige Juan Carlos Àlamo durante su última travesía por la categoría de bronce (temporada 2004-05), hará lo posible por cimentar el ascenso en el Castillo Romeral el próximo domingo, aunque la confrontación se resolverá siete días más tarde entre los muros del ONO Estadi. Los de San Bartolomé de Tirajana, que fueron terceros en el grupo canario (69 puntos), ya han dejado por el camino al Anguino y al Alicante B.
El Binissalem tampoco lo tendrá fácil para redactar el epílogo perfecto, aunque la velocidad que ha cogido en sus últimos compromisos le convierte en un contrincante imprevisible. El otro candidato mallorquín ya ha arrasado contra todo pronóstico a Reus (subcampeón catalán) y Monzón (campeón aragonés) y en el Miquel Pons no renuncian a nada. El San Roque de Lepe lideró uno de los grupos más potentes del mapa peninsular (por delante de Jerez Industrial y Los Barrios) y su versión actual fue diseñada para ascender de categoría.
El Sporting Mahonés, por su parte, se topará con el filial del Tenerife en la antesala de la Segunda B. Los chicharreros, que pretenden emular la gesta firmada el sábado por el primer equipo, cayeron en el grupo de campeones ante el Espanyol B, pero se repusieron después eliminando al Málaga B y llegarán a la cita con el depósito a rebosar.