Juan José Lahuerta|MADRID
El Getafe consiguió una victoria balsámica ante Osasuna, con la que coge aire en su lucha por no descender y que sirve a los madrileños para pasar el testigo de los problemas al conjunto navarro, nuevo dueño de la frontera de la salvación.
Ambos equipos comenzaron el partido muy desatinados. El Getafe, abusando del balón; Osasuna, del patadón. Los navarros, además, intentaban parar el reloj. Un empate, parecía gustar a los rojillos.
Fue Muñiz Fernández quien tuvo que animar el choque. Señaló un penalti dudoso y expulsó a Miguel Flaño. Granero marcó el primer tanto de la tarde y Osasuna cogió el timón hasta el descanso.
En la reanudación, la lógica agarró el mando y el Getafe pronto se encontró con un regalo de Roberto y poco después la sentencia de Uche.