Gregorio Manzano pretende que la plantilla del Mallorca recupere la tensión de las grandes finales. El técnico jienense, que viajará esta tarde a Barcelona con todos los futbolistas disponibles, cree que el encuentro de mañana ante el Espanyol puede marcar el futuro de los dos equipos y no quiere dejar un solo detalle a la improvisación. «Tenemos que ir a ganar desde el orden y el camino es adelantarnos, como hicimos en Soria o Gijón. Que su entrenador tenga que cambiar sobre la marcha», recomendaba ayer desde su centro de operaciones de la ciudad deportiva.
El preparador bermellón, que durante su carrera no ha sumado una sola victoria en el campo del Espanyol, anunció que intentará sacarse la espina a costa de Pochettino y desveló que recurrirá a las malas experiencias que ha vivido este año su equipo ante los colistas (cuatro derrotas en cuatro enfrentamientos ante últimos clasificados) para indicar el camino a seguir: «Hemos hablado del tema y se recordará visualmente antes del partido. Repasaremos cómo se juega siendo colista porque nosotros lo hemos sido, hemos salido al campo con esa mentalidad y sabemos lo que hemos dado para abandonar esa posición. Nos enfrentamos a un colista inmerecido, pero vamos a ver si ellos saben jugar con esa ansiedad y cómo nos desenvolvemos nosotros en ese ambiente», apuntaba.
Manzano señaló además que está obsesionado con que el Mallorca llegue al último tramo de la Liga con la permanencia en el bolsillo, ya que de lo contrario se jugaría el futuro ante los grandes del campeonato. «No hago nada más que recalcarle a los futbolistas que no podemos jugarnos la vida ante el Villarreal en la última jornada, es una de mis obsesiones», subrayaba. «Debemos de tenerlo todo atado antes de esa fecha y pensar que jugamos una Liga de 34 jornadas. Nos mentalizamos para ello desde la primera jornada de la segunda vuelta y, en ese sentido, la respuesta de los jugadores ha sido excepciona», concluía.