Juanjo Baena|SEVILLA
El Sevilla hizo olvidar a su afición el fiasco de la semifinal de la Copa del Rey en Bilbao, con el resultado que no por el buen juego, ante un Almería que fue de menos a más y ante el que acabó pidiendo la hora pese a que le pudo golear. El malí Freddy Kanouté, en su primera jugada de peligro, en los albores del partido, aprovechó la debilidad del argentino Hernán Pellerano, para, tras controlar el balón, batir al brasileño Diego Alves en su salida (1-0).
Luego, tedio total en un partido en el que tan sólo en el minuto 36, en jugada y remate de Jesús Navas, con acertada intervención del meta brasileño del Almería, rompió el aburrimiento. Porque, en los primeros cuarenta y cinco minutos, el Sevilla, con el marcador a favor desde muy pronto, se dedicó a «enfriar» el partido ante un adversario tan corto de recursos como de ambición y sin saber casi nunca qué hacer con el esférico. Y prueba de ello es que no lanzó a la meta defendida por Andrés Palop en este periodo, excepto en un remate de cabeza del peruano Santiago Acasiete (m.31).
El segundo tiempo, tuvo unos comienzos prometedores por cuanto Sevilla y Almería parecieron tomarse más en serio el partido, al menos con más intensidad.
Así, Perotti puso a prueba los reflejos de Diego Alves con un fuerte disparo, y a los 52 minutos fue el nigeriano Kalu Uche el que, con un rápido contragolpe, hizo intervenir a fondo a Palop, que desvió a ras de suelo.
El Almería tuvo una oportunidad aún más clara, en el minuto 56, en jugada de Crusat con balón medido a la cabeza de Negredo que el ariete, desmarcado, falla de manera inesperada. Antes del dos-cero, obra de Renato, el brasileño tuvo una ocasión que malogró al enviar demasiado alto cuando estaba solo. Luego Renato enmendó su error anterior y puso las diferencias casi insalvables, pese a que poco antes Uche había intentado sorprender desde lejos a Palop.
El Almería redujo la distancia en el minuto 70, gracias a un penalti cometido sobre el argentino Pablo Piatti, que había salido poco antes, y que se encargó de lanzar y de transformar el goleador Alvaro Negredo (2-1). Tras unos momentos dubitativos, el Sevilla pudo sentenciar por medio de Adriano, en una jugada personal con disparo que repelió Alves y cuyo posterior remate de Luis Fabiano fue inocuo. El delantero brasileño tuvo la sentencia, en jugada de Kanouté, que le cedió el balón; y a los 87, otras vez Luis Fabiano, tras regatear a su marcador, se topó con su compatriota Alves.