Efe |LYON
El Barcelona retoma hoy el pulso a la Liga de Campeones en el estadio Gerland obligado a rescatar su mejor versión, ante un Olympique lanzado, para olvidar el tropiezo liguero ante el Espanyol y comenzar a asegurarse su presencia en los cuartos de final.
Lo que hace unas semanas se vislumbraba como un trámite ante el campeón francés por el ritmo apabullante con el que la escuadra de Pep Guardiola se deshacía de sus rivales, se ha convertido en un partido cargado de incertidumbre tras el laborioso empate frente al Betis (2-2) y la sorprendente derrota en el derbi con el Espanyol (1-2), con la pérdida incluida de Abidal para los próximos dos meses por lesión.
El Olympique de Lyon, además, llega lanzado. El pasado sábado dio un gran paso hacia su octavo título consecutivo de la liga francesa al imponerse en Nancy (0-2) con un equipo de circunstancias. Pensando en el Barça, el técnico Claude Puel dio descanso a Benzema, Juninho, Fabio Grosso y Keita.
Este choque se presenta como una oportunidad única para despejar dudas. Deberá el equipo de Guardiola recuperar la rápida circulación de balón, la presión en toda la cancha y un mayor control emocional del partido para volver a mostrar su mejor cara en la competición europea.
El rendimiento de Leo Messi, menos brillante en los últimos partidos, será otra de las claves del choque. Del jugador argentino (25 goles en la temporada) depende buena parte de la capacidad ofensiva de su equipo, con permiso del olfato goleador de Samuel Etoo y de la aportación de Thierry Henry.
En el capítulo de bajas, además de Eric Abidal y Gaby Milito, hay que recordar a Andrés Iniesta, lesionado la semana pasada en el muslo derecho.
Por otra parte, una eliminatoria equilibrada ante el Oporto definirá las aspiraciones del Atlético en la competición, que comienza con la necesidad de sumar una victoria en el Vicente Calderón para reforzar su autoestima y sus opciones de clasificación.
Los rojiblancos llegan a la cita en su peor racha de la temporada en Liga, con sólo seis de los últimos 21 puntos en juego, y con demasiadas dudas en sus encuentros más recientes en el Manzanares, donde ya acumulan cuatro partidos consecutivos sin ganar. No ha vencido ningún choque en casa en 2009.
A esos datos contrapone su histórica fortaleza como local en la Copa de Europa, en la que sólo ha perdido tres de sus 26 choques ante su público (19 triunfos y cuatro empates), y su fiabilidad este curso en la Liga de Campeones, en la que cerró la fase de grupos sin ninguna derrota y en la segunda posición del grupo D.
Su convincente trayectoria esta campaña en competición europea, con tres triunfos y otros tantos empates, pasará hoy un duro examen ante el Oporto, en una eliminatoria sin favorito, en la que el Atlético necesita un buen resultado en su estadio para acudir con las máximas garantías al duelo de vuelta en terreno portugués.
Para ello, Abel Resino, que sufrió ante el Sevilla el pasado sábado su primera derrota (1-0) como técnico rojiblanco, contará con las bajas del colombiano Luis Perea, con una fractura de malar izquierdo, y de Luis García, con una lesión muscular, pero recupera al argentino Ever Banega.