Juan José Lahuerta|GETAFE
El Getafe cosechó su cuarto empate seguido, esta vez ante el Athletic, y ya mira de reojo a la zona de descenso, a sólo cuatro puntos, mientras que el conjunto vasco, de nuevo con Fernando Llorente de goleador, sigue con la cabeza puesta en la vuelta de semifinales de la Copa del Rey y no aprovecha las debilidades ajenas para conseguir tres puntos.
Rara vez el Getafe juega un partido después de las cinco de la tarde. Por primera vez en mucho tiempo, saltaron al campo con la ventaja de conocer el resultado del resto de los encuentros de la jornada. Estos no favorecían a los intereses de los locales. Una derrota, podría dejar a los hombres de Víctor Muñoz a tres puntos del descenso.
Sin embargo, la presión no pudo con el Getafe, que desde el inicio del duelo agarró la responsabilidad y manejó el choque con criterio. El conjunto rojiblanco quedó a merced del acierto rival y de alguna aparición inspirada de Fernando Llorente. El delantero regresaba tras su lesión y fue un incordio constante para la zaga getafense.
El futbolista de Rincón de Soto es capaz de convertir un melonazo en una jugada de peligro. Ya pueden caer sandías del cielo, que Llorente las va a dejar en la tierra. Ese estilo, del que a veces abusó demasiado el Athletic, es arriesgado, aunque a veces hay premio. El ariete riojano lo consiguió con el gol del empate.