Roberto Morales|MADRID
El Real Madrid vapuleó al Betis, desplegando su mejor fútbol de la temporada en el Santiago Bernabéu, con su afición en pie ovacionando el estilo de juego que aparece en el momento clave de la temporada, para rebajar a siete puntos la distancia del Barcelona y encarar con fe la eliminatoria ante el Liverpool.
El fútbol es un estado de ánimo y Juande Ramos ha devuelto el optimismo al Real Madrid en dos meses. Su tarea inicial fue la reconstrucción de un equipo inundado de problemas. Endeble. Tras fortalecerlo desde la defensa e instalarlo en la senda del triunfo, lo conduce a un estilo que enamora cuando llega la hora de la verdad. El actual Real Madrid impone un estilo a individualidades. Lo demuestra la ausencia del jugador más entonado, Arjen Robben, en los dos últimos partidos. Lejos de arrugarse, el equipo blanco marcó diez goles sin él, en la irrupción de un juego de equipo, de toque, de combinaciones con velocidad, que de paso recupera por el camino a jugadores para la causa, como Marcelo o Klass Jan Huntelaar.
Se enfrentaban en el Bernabéu dos equipos en pleno crecimiento, pero el vendaval de fútbol madridista de la primera parte fue demasiado para un Betis que acusó la ausencia en el equipo titular de Sergio García, en el banquillo con décimas de fiebre.
Inventó Paco Chaparro un 'trivote' en la medular. Buscó la fuerza con Juande, Mehmet Aurelio y Emaná, perdidos ante la velocidad de juego de Real Madrid que nace desde un doble pivote consistente, 'Lass' Diarra y Fernando Gago, que se complementan a la perfección.
Repitió Juande Ramos el equipo que goleó en Gijón para demostrar a su afición que jugadores están como 'motos'. Quienes son los que cada mañana dan el peso correcto cuando son pesados en la báscula. Los que andan algo perdidos están en la grada (Rafael Van der Vaart y Royston Drenthe) o comenzaron en el banquillo (Wesley Sneijder).