Ganar y desbocar la ilusión o no hacerlo y sufrir otra recaída. La situación del Mallorca en la Liga no admite demasiadas posibilidades. Visiblemente recuperado tras desfilar por Los Pajaritos, el equipo de Manzano necesita un nuevo empujón para definir sus coordenadas y sacar los pies del fango. Los baleares, que hoy completarán una vuelta sin engarzar dos victorias consecutivas, necesitan el alimento de los puntos para conservar la respiración y reforzar la marca sobre sus rivales directos. Enfrente estará el Racing, un conjunto sin agobios y aspecto desafiante que ha pescado en cinco de sus seis últimas visitas a Palma. Si la permanencia está en casa, ha llegado la hora de blindarla (ONO Estadi, PPV, 17.00 horas).
Parcialmente liberado de la ansiedad que le maniataba hasta hace muy poco, Manzano se ha preocupado esta vez de mantener encendido el piloto de alarma. El preparador andaluz ha recordado a sus futbolistas que el equipo sigue instalado en la zona roja de la tabla y que una parada ante el Racing podría acarrear unas consecuencias terribles. Ante eso, el discurso sigue siendo el mismo que hace una semana. Ganar o ganar.
Diferencia
La principal diferencia entre esta final y la de Soria es que el Mallorca cuenta ahora con casi todo el armamento que guarda en el vestuario. Manzano, con la única baja por lesión de Miquel Àngel Moyà, recupera a Corrales y Martí (ausentes ante el Numancia por sanción) y apartó ayer de la batalla a Iván Ramis, Óscar Trejo y Juanmi Callejón. Y aunque su abanico de posibilidades es amplio, parece dispuesto a fiarlo todo al mismo grupo sobre el que se ha apoyado últimamente. Si al final es así, Aouate protegerá el marco con la ayuda de Scaloni, Nunes, Navarro y Corrales, mientras que Mario, Martí, Varela y Arango sostendrán la zona ancha intentando hacer daño desde la segunda línea. Jurado iluminará al once junto a la frontera del área y Aduriz abrochará la propuesta ofensiva. De todas formas, el técnico ya apuntó el viernes que no descarta darle un toque más ofensivo al equipo y si esta tarde se anima a hacerlo el dibujo se expone a sufrir algún que otro cambio significativo.
A la hora de mirar hacia atrás, Manzano no esconde que quien más dolores de cabeza le provoca es el gigantón Nikola Zigic. Anuncia además que intentará pararle mediante un bocadillo, o lo que es lo mismo, colocando un hombre frente a él y otro a su espalda en determinadas jugadas. Advierte, en cualquier caso, que la fórmula no es nueva y que a otros equipos no les ha servido de nada.
El Racing desembarca en Son Moix buscando la tranquilidad definitiva. Alejada del calor que desprende la zona baja de la clasificación, la escuadra cántabra sabe que una victoria en el cuartel rojillo le permitiría vivir sin preocupaciones y quiere aprovecharlo. Su técnico, Juan Ramón Muñiz, recupera al defensa Moratón, aunque mantendrá hasta última hora la duda del central César Navas, que está a punto de cerrar su traspaso al Rubin Kazan ruso.
El Mallorca vuelve a jugarse el futuro en noventa minutos.