Jorge Muñoa |MADRID
El MMT Estudiantes apartó al DKV Joventut, el campeón ya saliente, de la posibilidad de reeditar el título de la Copa, una maldición que persigue implacablemente a todos los ganadores desde hace muchos años.
La diferencia de dianas desde los 6'25 metros amortiguaba la acertada interpretación del choque que el Estudiantes paseaba en el plano individual y el funcionamiento colectivo, la ayuda prestada por incorporaciones como la del pívot serbio Petar Popovic o la impecable labor del esloveno Samo Udrih.
El escolta finalizó el primer cuarto sin un solo error en el lanzamiento. Nueve puntos mediante un dos de dos en tiros dobles, un uno de uno en triples y un dos de dos en tiros libres. Una buena inyección en las cuentas colegiales que, cuatro minutos por delante del descanso, estaban en tablas (24-24), dos después se habían puesto en números negros tras los dos primeros destellos de Ricky Rubio (24-29) y de nuevo a la par camino de los vestuarios (34-34). Udrih siguió a Brewer (subió su botín a diecisiete tantos con sólo dos fallos en la inmaculada estadística de la media parte) y los colegiales taparon una vía de agua que les llevaba a pique sin remisión. Amagaron la escapada (45-41). La cortó Rubio (47-46) y ya ninguno dio su brazo a torcer hasta cerrar el periodo (53-51).
Paso en falso. Los estudiantiles sacaron la cabeza para tomar aire (64-67) y volver de la oscuridad. Brewer encendió la luz. Con un triple. El primero en los números del anfitrión en el último período (67-67). El crono ya había descontado más de seis minutos. Tiempo muerto y el balón para Rubio a 2:17 para el final. Dos puntos a la cesta. Hernández Sonseca aportó un tiro libre. Luego le imitó Pancho Jasen y el pívot verdinegro puso la emoción al rojo empatando a 74 en la cuenta atrás del minuto final.
El Joventut hizo una excelente defensa que forzó un mal tiro en el siguiente ataque estudiantil. En la noche de Udrih, el rebote llegó a manos del esloveno. Ese balón representaba la vida. Recibió una personal, metió los libres (76-74) y se jugó la piel en un colofón apasionante.
Hernández Sonseca falló el primer tiro libre de una falta generada en una asistencia de lujo de Rubio. Ese detalle despejó la clasificación del Estudiantes. Brewer la remachó también desde la personal (78-75). Martin Rancik le puso el lazo (80-75).