Ramón Orosa|BILBAO
El Recreativo de Huelva perdonó en San Mamés a un caótico Athletic Club que salió vivo y con un punto sumado (1-1) de un choque en el que ha sido ampliamente superado por un rival mejor posicionado sobre el terreno de juego, aunque falto de pegada. A pesar de ello, el equipo bilbaíno pudo incluso haber ganado si Iago Bouzón no se interpone en un remate claro de Vélez en el área pequeña, completamente solo, ya en el añadido del descuento de la segunda mitad.
Pero, si hubiesen tenido algo más de clarividencia frente a Gorka Iraizoz, los de Lucas Alcaraz hubiesen salido con un botín mucho más mayor de un empate que no hizo justicia a sus merecimientos, se hubiesen hecho con los tres puntos con los que soñaron cuando Aitor Tornavaca se adelantó poco después de la media hora y que frustró Javi Martínez recién comenzado el segundo tiempo.
También fue determinante en el devenir del choque una jugada que pareció claro penalti del meta local a Adrián Colunga sin que se hubiese llegado al medio minuto de la continuación. De haberlo señalado el árbitro, probablemente hubiese expulsado también a Iraizoz. Y todo ello, todavía con 0-1 en el marcador.
Con el 1-1 final, ambos equipos mantienen sus posiciones en la tabla, décima el Athletic, aunque ahora empatado con el Valladolid, noveno, y decimosexta el Recreativo, que no supo sacar partido de la oportunidad de sumar los tres puntos en San Mamés, acabando el encuentro en un empate que deja insatisfechos a ambos equipos y no acaba de cumplir las expectativas sobre un partido que fue de más a menos con el paso de los minutos.