Hay que ganar sí o sí». La frase subrayada el viernes por Gregorio Manzano lo explica todo. Sabe el técnico del Mallorca que su equipo se adentra en el partido más importante de la temporada. El calificativo será aplicado después a otro puñado de enfrentamientos, pero lo de hoy es especial, diferente.
El conjunto balear, que presenta el peor cuadro médico de los últimos años, desafía a su pasado más reciente y al futuro a medio plazo. Fundamentalmente, porque después de naufragar en sus ocho últimos desplazamientos, el calendario le obliga a jugarse media permanencia en terreno enemigo. Chocará además con un oponente de su talla, uno de los que vive a su lado en los suburbios de la clasificación. Y el que ceda, lo va tener muy complicado para moverse de ahí (Los Pajaritos, PPV, 17.00 horas).
Pese a la situación, parece el momento indicado para medirse al Numancia. Es verdad que el Mallorca padece una depresión enorme, pero una victoria a la ribera del Duero le devolvería la sonrisa. Además del efecto reparador que supondría para su autoestima, el equipo se acercaría a tierra firme (en función de otros resultados podría incluso pisarla) y dejaría por los suelos al conjunto soriano, que tampoco anda muy sobrado de autoestima después de apilar cinco derrotas en los últimos seis partidos. Parece la tarde perfecta para escapar quitándose a un compañero de encima.
El problema es que también puede darse el caso contrario y eso genera cierta ansiedad en el equipo isleño. Es la gran preocupación de Manzano, que aunque tiene más o menos definida su propuesta, no quiere que vuelvan a repetirse las escenas de la última jornada. El técnico carga con las bajas por sanción de Martí y Corrales y pretende ir a por el Numancia con la artillería pesada. Scaloni seguirá agarrado al lateral derecho y junto a él estarán Nunes, Navarro (ha entrenado toda la semana a un ritmo inferior como consecuencia de un golpe que recibió la semana pasada) y Ayoze. Mario Suárez y Cléber dirigirán el tráfico un par de metros por delante, con Arango y Varela apoyados en las orillas. Jurado manejará los hilos en el enganche y Aduriz intentará mitigar la sequía goleadora a domicilio. El Mallorca, con sólo cinco tantos lejos del ONO Estadi (el peor registro de Primera), está condenado a aprobar esa asignatura si quiere huir del laberinto.
En la expedición, que llegó ayer a Soria tras un pesado viaje de más de dos horas y media por carretera, faltaban Iván Ramis, con una contusión y Callejón, además del lesionado Moyà y los mencionados Martí y Corrales. En cualquier caso, sí que viajaron Trejo, que había sido duda hasta última hora por una sobrecarga, y Keita, que reaparece tras ser intervenido de apendicitis hace unas semanas. Además, se coló en la lista el canterano Alberto, que ya dirigió con maestría al equipo en el encuentro de Copa frente al Betis. El que tampoco ha querido perderse la cita con más trascendencia del año es Mateu Alemany. El presidente mallorquinista acudió a tierras castellanas en compañía de Toni Tugores.
El Numancia, que es por ahora el peor equipo del 2009, también ha señalado el encuentro con un círculo rojo. Kresic ha intentado esconder sus cartas hasta el último momento, probablemente porque tiene a su disposición a casi todo el plantel (falta el sancionado Sergio Boris) y sus posibilidades son muy variadas. En cualquier caso, sus necesidades son las mismas que las del Mallorca y eso augura una dura batalla. Ya lo dijo Manzano. Hay que ganar. Sí o sí.