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Ciclismo / Challenge Illes Balears

Simplemente McEwen

El velocista australiano no ofrece concesiones e inscribe de nuevo su nombre en el palmarés de la Challenge con una victoria sin apelativos sobre Brown, Bennati y compañía

Fernando Fernández
Por si alguien tenía dudas, Robbie McEwen se encargó de recordar quién es el mejor llegador de la Challenge. Si el domingo dejó en bandeja la victoria en manos de su compañero Steegmans, la meta de Cala Millor -en la que ya venció en 2001- no se le resistió al aussie del Katusha, que apenas ofreció opciones a los que intentaron hacerle sombra, para prolongar su buen estado de forma tras el gran arranque en su hábitat y auparse al liderato de la ronda mallorquina, además de comandar la regularidad por delante de su compatriota Graeme Brown (Rabobank), al que los velocistas de la escuadra rusa tienen la moral minada. La del vencedor en Son Servera en 2008 y la de los Bennati (Liquigas), José Joaquín Rojas (Caisse d'Epargne) y compañía, que tendrán que esperar a otro momento para tener sus metros de gloria en Mallorca.

La primera etapa en línea (Cala Millor-Cala Millor, 176'5 km.) la plantearon como un entrenamiento los integrantes del gran grupo, que permitieron las primeras escaramuzas nada más abandonar Son Servera, conscientes de que el desenlace en llegada masiva estaba redactado de antemano en el guión del día. Isaychev (Xacobeo), Ruitenbeek (Kuota) y Van Zandbeek (Van Vliet) adquirieron unos metros y confianza (kilómetro 7), y más tarde se les unieron en la aventura Jesús Rosendo (Andalucía-Cajasur) y Mikel Ilundain (Orbea), enlazando el primero enseguida con la cabeza de carrera. También lo probó un activo Lluís Mas (Burgos Monumental), que intentó aliarse con Ilundain sin fortuna, gozando de casi tres minutos sobre un pelotón todavía en fase de calentamiento. El cuarteto de cabeza (Isaychev, Van Zandbeek, Rosendo y Ruitenbeek) se crecía y llegaba a tener seis minutos de colchón (kilómetro 28), con Mas e Ilundain a dos minutos e intentando proyectar sus ilusiones sobre el asfalto.

Decisivo
Poco más de veinte kilómetros después, Mas e Ilundain vieron cómo su sueño llegaba a puerto. De la misma manera que se iba agotando el crédito de los protagonistas de la gran escapada.

Camino del ecuador, la carrera se fraccionó de manera precipitada. El viento lateral pasaba factura y un minuto separaba a los tres grupos en los que quedó dividida. Camino de Llucmajor, Ramírez, Van Zandbeek, y el tándem del Orbea formado por Sicard e Ilundain volvieron a apretar los dientes para apurar las cada vez más remotas posibilidades de llevar a buen puerto su objetivo. Alcanzar dos minutos de renta respecto al pelotón era un logro, y el paso de los kilómetros empezaba a pasar factura. Van Zandbeek se descolgaba y tras Sant Llorenç, la fuga empezó a agonizar gracias al trabajo de los equipos con llegadores en su nómina. Katusha, Liquigas y Rabobank tomaron la iniciativa, y pese a que Javier Ramírez (Andalucía-Cajasur) intentó cambiar el destino, poco antes de la pancarta de diez kilómetros, el gran grupo caminaba compacto rumbo a Cala Millor. Allí no perdonó McEwen, que se lanzó en solitario hacia un triunfo cantado. Ayer, Colom y Reynés estuvieron atentos. Buena señal.

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