No hay un título en juego, pero el Mallorca dará forma esta tarde ante Club Atlético Osasuna a una batalla que puede marcar el destino, a la cita con más trascendencia del curso. A un duelo que se prevé determinante para descongestionar el fondo de la tabla y que supondrá un punto de inflexión. Desde el club y el vestuario han salido palabras que equiparan la importancia del choque de hoy en el Reyno de Navarra con una final. Mateu Alemany encabezó ayer la expedición mallorquinista, un grupo que es consciente de lo que se juega hoy en tierras navarras. La victoria supondría apartar a un rival del camino, le dejaría a seis puntos más el goalaverage, (1-1 en Palma). La derrota, en cambio, supondría un palo anímico considerable y le acercaría de nuevo a la hoguera de la clasificación, justo cuando parece que el grupo isleño ha alzado la vista después de su triunfo ante el Valencia "que quebró una racha de doce partidos sin ganar- y de clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey. (Reyno de Navarra, PPV, 17.00 horas).
No es precisamente Pamplona el lugar idóneo para levantar el vuelo. El Mallorca acumula un puñado de frustraciones en un escenario donde jamás ha celebrado una victoria en Primera División. Nunca. Y este es precisamente uno de los guiones que ha repartido Camacho para animar a su grupo. Osasuna se ha desgastado estérilmente en su Everest particular. Lo ha dado todo, pero apenas ha conseguido unas migajas. Pese a ello, llega a la cita reforzado por la buena imagen ofrecida en El Madrigal, donde cazó un empate.
Será un duelo sin medias tintas. Esas batallas que se ganan por anticipación. Sin resquicio para los artistas. Aquí sólo vale la casta. El coraje. El orgullo. Y Manzano ha querido transmitir esos preceptos a sus jugadores. Que se olviden de florituras y de estadísticas. Media Liga se expone hoy en el antiguo El Sadar.
Las cicatrices de las últimas refriegas le impedirá al técnico de Bailén calcar el once que volteó al Valencia. Fernando Varela no se recuperó de las molestias sufridas en la cita copera ante el Betis y se quedó en Palma junto a Keita, Moyà y Ramis. Lo más probable es que Scaloni ocupe su plaza y Josemi, suplente hace siete días, ocupe el lateral derecho con la intención de mejores sus prestaciones y de vigilar las subidas del peligroso Plasil. El resto del equipo titular estará formado por Dudu Aoute en la portería, con David Navarro, Nunes y Corrales en defensa; Martí y Mario Suárez en la sala de máquinas repartiendo las cartas y robando carteras, mientras que en las bandas se situarán el mencionado Scaloni en la diestra con Arango en la izquierda. Como enganche estará Jurado, el héroe del pasado domingo, con Aduriz en la punta de lanza. Tipos como Trejo, Cléber o Webó aguardarán su oportunidad desde el banquillo.
La condición de colista que se enfundará Osasuna no debe invitar a la relajación. Todo lo contrario. El Mallorca es el equipo que peores resultados ha logrado ante los últimos clasificados y en el presente curso ya ha tropezado dos veces en esta piedra. Dobló la rodilla ante el Sporting y frente al Betis. También alivió la situación del Recreativo, que desde que ganó en Palma ha cogido la directa hacia la salvación.
En el conjunto navarro, Camacho dará continuidad al grupo que tuteó al Real Madrid en el Bernabéu, donde se le escapó algo positivo por culpa de la actuación arbitral. Así, Roberto se situará bajo los palos con Azpilicueta, Miguel Flaño, Josetxo y Monreal en línea defensiva; Nekouman y Puñal en la sala de máquinas con Juanfran y Plasil por las orillas, Masoud de enlace y Pandiani arriba. El recién llegado Antonio Hidalgo se quedará en el banquillo, mientras que Santi Ezquerro lo verá otra vez desde una grada que estará a tope y que le tributará al Mallorca un recibimiento hostil.