El escándalo de la Asamblea de socios de diciembre terminó con la presidencia de Ramón Calderón, quien con lágrimas en los ojos, aseguró que deja el cargo «con las manos limpias y con menos dinero», antes de ceder el puesto a Vicente Boluda, su vicepresidente primero.
Calderón, abogado palentino de 57 años, confirmó su dimisión embargado por la emoción, en una repleta sala de prensa del estadio Santiago Bernabéu, donde cedió el testigo a Boluda, que pidió a los estamentos como prioridad «la unidad del madridismo».
Ninguno de los dos ofreció una rueda de prensa. Calderón gestionó el Madrid dos años y medio (de julio de 2006 a hoy). Boluda, un empresario naviero valenciano de 53 años, lo hará interinamente hasta las elecciones de verano próximo.
La dimisión se debió al escándalo de la Asamblea de socios del pasado 7 de diciembre, en la que participaron personas que no tenían derecho a hacerlo, según destapó una investigación del diario «Marca». Calderón había «jurado» por su honor el miércoles que ni él ni su junta habían sido responsables de las irregularidades, que provocaron la destitución de Mariano Rodríguez, conocido como «Nanín», miembro del departamento de socios y organizador de la asamblea, y la dimisión de Luis Bárcena, director general de socios. Calderón optó por aguantar y se negó a dimitir, pero nuevas revelaciones de «Marca» le hicieron rectificar.
El hasta ahora presidente madridista traspasó el mando a Boluda defendiendo su inocencia, cansado de las polémicas que han rodeado su mandato de dos años y medio en el Real Madrid y con la voz entrecortada al agradecer el apoyo de su familia.
«Como dije en mi última comparecencia ni yo soy un cobarde ni tengo nada que ocultar. Quiero volver a reiterar y repetir mi juramento solemne sobre la falsedad de lo que hayan podido leer o escuchar en diferentes medios sobre mi participación o conocimiento de lo sucedido en la última Asamblea», dijo. En solitario, sin admitir preguntas, Calderón hizo oficial su dimisión. «En contra de la opinión de todos los miembros de la junta directiva he tomado decisión de ceder la presidencia del club», destacó.
Calderón subrayó que tras entregarse «en cuerpo y alma» al Real Madrid, se va «con las manos limpias, con la conciencia tranquila y con mucho menos dinero y salud» que cuando empezó su mandato, pero con el «profundo orgullo de haber servido al club de fútbol más importante del mundo».
En su despedida, el dirigetne se defendió de sus críticos proclamando su inocencia. «El éxito de los que han buscado desesperadamente mi destitución es el triunfo de la injusticia y la maldad. He cometido errores, nunca irregularidades, y siempre como consecuencia de mis limitaciones. Nunca buscando mi beneficio personal», aseguró.
Tras agradecer la «lealtad y entrega» de los miembros de su junta directiva y presumir de que deja «las cuentas del club más brillantes de su historia en ingresos y beneficios», el mandatario pidió unión al madridismo.
La referencia a su familia emocionó al ya ex presidente madridista. «El agradecimiento más especial es a mi familia, madre, hijos (3) y Teresa (su esposa), una mujer excepcional, sin la que nunca hubiera conseguido nada en mi vida», afirmó.
Luces y sombras
Su presidencia, la decimoctava en la historia del club blanco, estuvo dominada por dos títulos de Liga (con Fabio Capello y Bernd Schuster), fracasos sonoros en la Liga de Campeones y en la Copa del Rey, agitadas asambleas de socios y errores en la planificación de la segunda mitad de la actual temporada.
Con Ramón Calderón en el recuerdo, Boluda anunció que el próximo verano se celebrarán las elecciones a la presidencia de la entidad. Elecciones anticipadas doce meses antes de lo previsto. Hasta ese momento, solicitó «unidad» al madridismo.
Boluda, vicepresidente del Real Madrid desde el 19 de diciembre de 2006, fue designado por unanimidad por la junta directiva del club tras tomar Calderón la decisión de dimitir.
En el mandato de Calderón, el Real Madrid se gastó 290 millones de euros en fichajes y contó con Fabio Capello, Bernd Schuster y Juande Ramos, el actual, como técnicos del primer equipo.