Francisco Àvila|BARCELONA
Con un juego arrollador o trabajando mucho el partido, con genialidades o utilizando jugadas de estrategia, el Barça de Pep Guardiola está demostrando su carácter camaleónico en un arrollador inicio de campaña, donde ha sumado el 84 por ciento de los puntos en juego.
Y así fue ante el Real Madrid, donde no llegó el fútbol ante un rival que jugó con una táctica de equipo menor en el Camp Nou, apareció la épica y el papel protagonista de Víctor Valdés y de Sergio Busquets, aunque todas las fotos fueron para Samuel Etoo y Leo Messi. En el día en el que el barcelonismo reclamaba una goleada para lavar la afrenta del pasillo en el Bernabeu de siete meses antes, el equipo de Guardiola tiró de un repertorio nada clásico para salir adelante.
Cerró el Barça un partido en los últimos minutos, pero se sobrepuso a un penalti fallado y a la frustración de no poder, aún sintiéndose muy superior, con un rival que llegó mermado por las bajas, dubitativo ante el cambio de técnico y empequeñecido por la táctica empleada.
La victoria ante el Madrid es la demostración de que el Barça de Guardiola nada tiene que ver con los Barças anteriores. Han entendido sus jugadores que más allá de la clase, que se supone a la mayoría de ellos, existen otras cualidades añadidas, como el esfuerzo y la solidaridad en el juego, para ganar los partidos y, siendo así, el equipo tiene muchas más opciones de cerrar los encuentros.
Ante el Madrid fue la épica (dos goles en los últimos siete minutos), pero no ha sido la primera vez que recurre a ella en la Liga.