Carlos Montes de Oca
Apenas ha transcurrido un tercio del curso y ya se adivinan las primeras grietas en la caseta del Real Mallorca. La debacle de Almería ha provocado un ejercicio de autocrítica que puede significar compromiso o, por el contrario, nerviosismo. En cualquier caso, la cita de esta tarde ante el Málaga se antoja como el primer punto de inflexión del campeonato. Para el grupo de Manzano ya no hay excusas (ONO Estadi, PPV, 17.00 horas).
El conjunto isleño (15º, 12 puntos) se autoexige la victoria. Se presenta al combate con las alforjas repletas de agujeros, con un lastre de un punto de los nueve últimos posibles y con la planta noble removida. El eterno culebrón por la venta de las acciones de la familia Grande tampoco contribuye a calmar un entorno agitado que podría estallar en cualquier momento.
Enfrente, un Málaga (11º, 14 puntos) que en los dos últimos meses sólo ha doblado la rodilla en la Liga ante Barça (1-4) y Real Madrid (4-3), que cumplió en las otras dos cotas montañosas de la Liga -ganó en Sevilla y empató frente al Villarreal- y que querrá tomarse la revancha de la eliminación copera.
Las huestes de Manzano se han atascado. La victoria ante el Espanyol aparece como la única alegría que se ha permitido la parroquia mallorquinista en los últimos tiempos. Hace quince días dejó escapar dos puntos ante el Athletic, que le empató en el descuento tras ir perdiendo 3-1. Y el pasado domingo estropeó su brillante clasificación copera con una derrota hiriente en Almería que ha provocado las primeras duras.
El Mallorca intentará de nuevo mirar hacia arriba, un despegue que está aplazando en exceso. El juego no termina de cuajar y eso está demorando la aparición de buenos resultados. Los rojillos se han acostumbrado a mostrar las dos caras y, aunque el grupo no se ha desplomado, tampoco termina de arrancar. Alternas luces con sombras y en este torneo la irregularidad suele pagarse cara.
El choque no admite titubeos y un tropiezo, por pequeño que sea, llenaría el entorno de dudas. Entre otras cosas porque aún no se ha medido a ninguno de los grandes.
Manzano estudia remover el once y probar con otras piezas. La baja de Moyà, que tampoco estará el próximo domingo en Valladolid y podría incluso pasar por el quirófano si la rodilla no responde al descanso, le concede una nueva oportunidad a Lux. Al argentino le han llovido las críticas en los dos últimos partidos, aunque sería injusto achacarle toda la responsabilidad de esta crisis de resultados. Sin embargo, hay un dato que no invita al optimismo. Poroto aún no ha ganado un partido de Liga con el Mallorca en el ONO Estadi. Su única victoria data de la pasada campaña (1-2 en Sevilla) y de eso hace ya un año...
Por delante de él, el técnico también podría variar sus integrantes. Aunque Josemi y Corrales se perfilan titulares, están empujando con fuerza Scaloni y Ayoze, que podrían entrar en cualquier momento. En el eje de la zaga se ubicarán Nunes y Ramis, aunque David Navarro también tiene opciones.
Las incógnitas se disparan a partir del centro del campo. El bajo estado de forma de Varela puede empujarle al banquillo en beneficio de Callejón. Arango parece inamovible en la izquierda, con Martí y Cleber en el doble pivote. Jurado será la mediapunta, mientras que arriba la variante es notable y hasta tres hombres (Aduriz, Webó y Keita) pelean por una plaza. Más allá de los nombres, el Mallorca debe enderezar el rumbo para no acercarse al peligro.