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Atletismo/Duatlón

El atleta legionario

Miquel Capó afronta su tercera Copa del Mundo de duatlón en Malasia

El atleta Miquel Capó, fotografiado en su domicilio de Can Picafort junto a trofeos ganados y recuerdos de su etapa como legionario. Foto: SARA MONREAL

Miquel Alzamora

Miquel Capó Soler (sa Pobla, 1974) es atleta, tiene 34 años y debería cambiarse de casa si quisiera hacer espacio a todos los trofeos que ha ganado estas últimas dos décadas. Es atleta y su nombre suele estar siempre entre los tres primeros clasificados en las crónicas de atletismo de los periódicos. Por la calle pasa desapercibido, pero en el pelotón es tan respetado como admirado. Este fin de semana participa en Malasia en la Copa del Mundo de Duatlon, donde estos dos últimos años ha conseguido dos cuartos puestos.

Miquel es humilde en un grado máximo y resta importancia a sus más de 300 triunfos en carreras populares y otras de mayor relevancia. Echando un vistazo a su currículum deportivo uno descubre que Capó acumula éxitos en atletismo, duatlón y triatlón a nivel local, nacional e internacional. Y todo esto sin hacer ruido ni dejarse notar. Miquel trabaja en el poliesportiu de sa Pobla, una labor que le permite flexibilidad a la hora de entrenar. Sin embargo, lo que pocos conocen en el grueso del pelotón es que Miquel, antes de atleta, fue legionario y también miembro de las COES, (Comando de Operaciones Especiales). En un encuentro con Ultima Hora, Miquel recuerda cómo su pasado militar marcó posteriormente su dedicación al atletismo.

«Empecé realmente a los 12 años, luego paré y llegó mi etapa en el ejercito. Fui soldado profesional y ahí me metí de lleno en el atletismo. Hice la mili en las COES en Palma y después cuatro años en Melilla en la Legión. Allí no había mucho que ver y el tiempo libre lo dedicaba a correr. Eso me dio la posibilidad de entrar en al selección militar que participaría en una carrera de cien kilómetros y así empezó todo», comentaba el atleta mallorquín. Corrió estos cien kilómetros y maratones por toda Europa. «Creo que llevo de 15 a 16 maratones», recuerda el atleta. Los cien kilómetros los hizo en 7 horas y 26 minutos. «Fue una prueba nocturna en Suiza, en mi época de legionario, íbamos vestidos con uniforme militar y muchas de estas maratones que hice fue para preparar esta prueba de cien kilómetros»

A partir de ahí empezó a correr y sigue en ello. «¿Cuántas carreras llevo ganadas?, no lo sé, perdí la cuenta, tampoco sé los trofeos que he logrado, 400, 500, no lo sé, muchos». Miquel lo dice con modestia, en ningún momento alardea de sus éxitos. «Unos trofeos me los quedo, otros los tiene mi madre y otros los regalo a los pequeños que empiezan a correr y que tienen la ilusión de dar un trofeo al ganador». «Primero fue sólo correr y después el triatlón y el duatlon. Entrené a las órdenes de Javi Bonet y hasta ahora», comenta. «Antes, cuando llegué de Melilla, podía correr una carrera el viernes, el sábado y el domingo y ganarlas las tres. Unas veces corría una carrera por la tarde en Alcudia y otra más tarde en la Colònia. Son muchos años y por eso no sé lo que he podido ganar», explica Miquel Capó. Una de las grandes incógnitas es saber por qué este deportista no ha llegado a ser profesional del atletismo. Él lo tiene claro. «Estando en el ejercito tuve la oportunidad de dar este salto, pero no sabía bien en esos momentos qué podía hacer y pasó el tren y desaproveché la oportunidad. Después ya es difícil arriesgarse, irte fuera y ver lo que pasa. Di más valor a tener un trabajo fijo como el que tenía en el polideportivo de sa Pobla. Nunca me he planteado un reto fijo de vivir de esto», manifestó.

Miquel entrena cada día, pero huye del estereotipo de 'Rocky'. «Entreno a diario, nunca descanso. Bien por la mañana o por la tarde, cuando el trabajo me lo permite, pero no me levanto a las cuatro de la mañana ni nada por el estilo. Lo que no me frena es la lluvia, ni el calor, ni el mal tiempo», dice entre risas el atleta mallorquín. Su gran admiradora es su madre. Ella guarda los numerosos recortes de prensa en los que observa con orgullo como su hijo es en muchas ocasiones el mejor, el ganador o, como mínimo, el segundo o tercero. Gana y gana, corre y corre. Hace tres semanas se hizo con la victoria en el Tui Maratón Palma convirtiéndose en el primer mallorquín en ganarla. «Es importante esta carrera por lo que conlleva, no hice mi mejor tiempo, pero tiene mediáticamente mucha repercusión». Miquel está especialmente orgulloso del subcampeonato de España de 2003 de duatlon celebrado en Madrid, el campeonato que consiguió de larga distancia (10 corriendo, 60 bicicleta y 10 corriendo) en Las Palmas en 2000 y del Subcampeonato del Mundo del duatlon de larga distancia en Italia. Casi nada. A estas pruebas acude con la selección española y cuando acude solo va con un amigo o con su novia. «Correré hasta que tenga ganas. Cuando sepa que hay una carrera y no tenga ganas de ir, entonces lo dejaré, pero de momento no puedo ir a una carrera sólo a verla. Miquel cuida también la alimentación, come muchas ensaladas y pasta. «Me gusta este tipo de alimentación, pero no le hago ascos a una hamburguesa o a otro plato más fuerte de vez en cuando». Termina la charla, Miquel va a entrenar. Este fin de semana participa en la Copa del Mundo en Malasia. Es un duatlon (10+60+10) y donde tiene muchas esperanzas depositadas. Ganará o no, pero dará la cara. Seguro.

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