La historia ha querido que dos equipos con cuentas pendientes en la Liga Femenina 2 vuelvan a verse las caras en un partido que pocos hubieran creído que pusiera el liderato de la máxima categoría en juego. No en vano, el Cerro del Telégrafo (13 horas) recibe hoy un clásico. Rivas y Joventut Mariana toparon en dos fases de ascenso, y en ambas ocasiones las de la Vall dejaron escapar su sueño en la cancha madrileña. Ahora, con cinco victorias consecutivas y la moral por las nubes, las de Jorge Méndez persiguen instalarse en lo más alto, tocar techo. La sexta victoria consecutiva dejaría el billete para la Copa sellado y buena parte del camino hacia la permanencia completado cuando apenas se alcanza el ecuador de la primera vuelta. Las sensaciones de un Mariana que desprende aroma gandor juegan en favor de las mallorquinas, que intentarán sacar partido del agotamiento que la competición europea traslada al grupo de Javier Fort.
Intratable en la competición doméstica (6-0) y lanzado en Europa -vencieron al Dunav Econt, 70-75-, el Rivas vuelve a casa tras disputar tres encuentros consecutivos lejos de su centro de operaciones. Un Mariana antes convertido en enemigo por el ascenso y ahora con el cartel de revelación no se lo va a poner fácil. Las Price, Page, Castillo o dos que regresan al que fue su hogar, Llamas y Gabi Ocete, aterrizan en la capital de España con la moral por las nubes, aunque el rival plantea enorme dificultad.
Confeccionada para luchar por títulos, la plantilla del Rivas Futura atesora calidad foránea en el perímetro (Joens y Musovic) y potencial bajo los tableros, donde la húngara Ujhelyi, la bosnia Sarwnac y la montenegrina Dubljevic intimidan y hablan del potencial de uno de los planteles con mayor fuerza en su juego exterior. La internacional Tamara Abalde ha regresado de Estados Unidos para triunfar en casa, y la brasileña Franciell Nascimento tiene idénticas intenciones en un equipo con batuta nacional. Clara Bermejo es la base titular y la referencia sobre el parqué de un Rivas que deberá aplicarse a fondo para doblegar a un Mariana que tiene mucho que ganar y poco que perder.