Xisco Cruz |MAÓ
El silencio iba afilando los silbidos a medida que el Pamesa apilaba un triple encima de otro. Expiraba el tercer cuarto y el Menorca seguía agotando todas sus reservas, mientras el grupo de Katsikaris exhibía toda su munición. Oliver andaba montado sobre el equipo, que de pronto se subió a un parcial de 4-19. Defensa, brazos por todos lados y el apocalipsis para el ViveMenorca. La grada estaba temblando, se irritó y se abrazó a los pitos. Todo parecía perdido, porque el inicio del período definitivo circulaba por la misma vía que el anterior. El grupo de Casas metió un par de canastas y se escondió detrás del árbol, hasta que el técnico de Manresa metió en pista a Pooh y Stojic. Del 42-49 se pasó al 59-59 con un triple del americano, y la histeria invadió Bintaufa. Todos creyeron y la fe movió al Menorca, que con otro parcial espectacular (16-3) derrumbó al Pamesa. Una victoria heroica (70-62).
Anuncian los equipos de Katsikaris partidos físicos, al límite, ganados palmo a palmo. Y ese fue el escenario del primer cuarto, que estuvo metido en una armadura. Cada ataque era la secuencia de una batalla, pero el Menorca se sintió cómodo en el cuerpo a cuerpo. Eley respondía a cada desafío de Perovic y el perímetro decidió. Por eso el grupo de Casas adquirió ventajas sustanciales, porque Bazdaric y Pooh acertaron desde el exterior (14-8). Con todo, la tercera falta de Perovic fue un alivio y Boisa lo agradeció con una canasta sobre la bocina que cerraba el primer parcial, cincelado a golpe de defensa (19-12).