Apenas ha necesitado siete días el Mallorca para coger impulso. El pasado domingo, el grupo balear abrió la puerta del vestuario visitante de Riazor con un punto amargo, un empate con sabor a derrota que le mantenía en las cloacas de la clasificación. Con sólo dos puntos en las tres primeras jornadas, el equipo isleño transmitía sensaciones negativas. Una semana después, tras embolsarse 7 de los últimos 9 puntos en juego, la escuadra de Manzano vislumbra la Liga desde una cómoda novena plaza e igualando el arranque del curso pasado, el mejor desde el primer año de Héctor Cúper (97-98) en la Isla.
La semana más cargada del curso -esta maratón con tres duelos en siete días se repetirá a finales de abril- se ha saldado con un notable. De hecho, sólo cuatro equipos (Valencia, Villarreal, Real Madrid y Barcelona) presentan mejores números que los bermellones en la tarjeta de una semana mágica.
A pesar de la revolución del verano, de la crisis instituciones, de la docena de caras nuevas, de los constantes cambios en la pizarra de Gregorio Manzano, el Mallorca está calcando los números precedentes y ha sabido sacar provecho de los últimos siete días. Del empate de Riazor se ha pasado a los dos triunfos consecutivos frente al Numancia, el pasado jueves, y en Santander. El grupo isleño, además, ya ha enjugado la diferencia de goles con la que el Valencia (3-0) le dio la bienvenida al curso 08-09 allá por el 30 de agosto.