Agencias|BARCELONA
Espanyol y Barça protagonizaron un derbi eléctrico, que se anotó el conjunto azulgrana gracias a un penalti anotado por Messi en el minuto 100, sapilcado por una bochornosa actuación de los 'Boixos Nois', que lanzaron bengalas a las gradas que ocupaban los seguidores blanquiazules y que provocó que el encuentro estuviera suspendido durante diez minutos.
La primera parte se jugó a un ritmo extraordinario, con el Barça mandando y el Espanyol golpeando. Cuando el conjunto azulgrana más dominaba, llegó la jugada del primer gol, una acción polémica. Luis García molestó a Víctor Valdés en el área pequeña y el portero dejó el balón muerto. Coro, muy rápido, superó a Puyol y remató a la red ante las protestas de los azulgrana. Antes del descanso, Medina expulsó al brasileño Nené por doble amonestación.
Tras el descanso, nada cambió. En el minuto 67, ya con Eto'o sobre el césped, Henry envió un disparo al poste, después de una serie de remates azulgrana. En el minuto 76, Henry aprovechó un rebote en una salida de Kameni para sellar el empate.
En el minuto 100, Pareja entró a Etoo y el discutible penalti fue transformado por el argentino Leo Messi para sellar la victoria.
El colegiado Luis Medina Cantalejo decidió detener el encuentro que enfrenta al Espanyol y al FC Barcelona en el minuto 23 de la segunda parte en el estadio de Montjuic por diversos incidentes en la grada. En principio desde el sector del estadio donde se encuentran los hinchas radicales del FC Barcelona salieron entre cuatro y seis bengalas, y una de ellas cayó sobre la grada donde están los aficionados locales. En esos momentos, los aficionados pericos trataron de acceder al césped, a través de una zona que sólo oponía para ello una valla vigilada por varios miembros del servicio de seguridad del club.
Medina Cantalejo decidió detener el partido y los jugadores de ambos equipos se marcharon cerca de los banquillos. Alrededor de 10 minutos estuvo detenido el encuentro, que se reanudó con total normalidad, aunque concluyó con escándalo.