Roberto Morales|MADRID
El triunfo en la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza ha cambiado el rol de España y, como quedó demostrado en el primer partido de clasificación al Mundial 2010, 1-0 ante Bosnia, todo el peso del encuentro recae sobre la roja, que debe añadir buenas dosis de paciencia a su estilo de fútbol.
Los internacionales españoles estaban avisados por Vicente Del Bosque. Desde que Iker Casillas alzó al cielo el trofeo de campeones en el Prater vienés, que confirmaba la supremacía española en el viejo continente, el panorama cambiaría de forma radical.
El inicio del camino al Mundial 2010 de Sudáfrica lo confirmó. Los rivales entregan el balón a España y se limitan a defender para lanzar contragolpes. No importa que lleguen a defender hasta con ocho futbolistas, como hizo Bosnia, con tal de frenar las bazas de la roja. Con el patrón de juego creado, desde ahora la selección está obligada a asumir un papel principal.
Los internacionales españoles reconocen que sienten el cambio, aunque el descaro del grupo joven que conquistó la Eurocopa les hace no temer a ningún rival. Lo asumen amparados en su calidad.
«Sabemos que desde ahora que ya ha comenzado de nuevo lo serio mirando al próximo Mundial, los partidos van a ser como el de Bosnia. Nos vamos a encontrar con rivales muy cerrados ante los que no tenemos que desesperar», reconoce Andrés Iniesta, jugador clave en la reacción de España en la segunda parte.
Cesc Fábregas, como le ocurrió a Xavi Hernández e Iniesta, los encargados de impulsar el fútbol español desde la medular, también sintió las dificultades de tumbar a un rival que se encerró en su propio terreno.
«Es cierto que podemos asumir un nuevo rol pero también por culpa de los equipos a los que nos vamos a enfrentar. Si ya antes nos entregaban el balón en buena parte del partido y se centraban en lanzar contraataques imagina lo que va a pasar ahora», admite en una charla con Efe.
«Hay selecciones como Bosnia y sospechamos que también lo hará Armenia que no tienen problema en salir con tres centrales y dos laterales que no suben. Así es muy complicado jugar. Pero estoy convenido de que el fútbol de España siempre va a terminar apareciendo y que tenemos cualidades para ganar cada partido aunque ahora nos toque trabajar mucho más», añadió.
Diego Capel lo vivió en primera persona. En su segundo encuentro con la absoluta siempre encaró y desbordó a la poblada defensa rival. «Es complicado salir de un regate y tener otro rival encima, pero cuando te defienden con tantos jugadores por detrás del balón tienes que armarte de paciencia», señaló.
Raúl Albiol confía en que fuera de España, en los encuentros como visitante, cambie el panorama. «Sabemos que desde ahora los equipos van a salir a defenderse ante nosotros, principalmente cuando nos visiten», dijo.
«Nuestros rivales van a pensar en estar fuertes en labores defensivas y esperar su oportunidad para intentar sorprendernos a la contra. Nosotros debemos mantener la misma línea de juego y salir mentalizados para marcar un gol pronto que te hace todo más sencillo», agregó.
Bosnia ha sido el primer rival en buscar un sistema que empequeñezca las cualidades de España. Tras Armenia (el próximo miércoles en Albacete), Bélgica, Turquía y Estonia serán los rivales que obligarán a España a imponer su estilo juego con un nuevo rol.