Gregorio Manzano ya ha acabado el puzzle. A cinco días para la inauguración oficial del campeonato de Liga, el entrenador del Mallorca puede presumir de tener cerrada la plantilla con la que abordará un curso relleno de interrogantes. Las llegadas de Cléber Santana (Atlético) y Aritz Aduriz (Athletic), unidas a las salidas de Óscar Díaz (Celta) y Víctor (Nàstic), han terminado de moldear un grupo que en sólo tres meses ha cambiado radicalmente de aspecto. El nuevo ejército bermellón cuenta con veinticuatro jugadores perfectamente repartidos por todas las zonas del campo y al menos dos hombres por posición. Aparentemente, el técnico tiene motivos para estar tranquilo.
El gran problema que tenía hasta hace unas horas la dirección deportiva se ha evaporado con el fichaje de Aritz Aduriz. La salida de Dani Güiza en dirección a Estambul (debutó este fin de semana con el Fenerbahce en el campeonato turco) había dejado al Mallorca sin referencia en ataque, aunque la aparición del ariete donostiarra ha acabado con ese déficit. El club balear ha tenido que desembolsar una cantidad cercana a los seis millones de euros para asegurarse la contratación del punta y, en principio, parece un relevo de garantías. Eso sí, apenas tendrá tiempo para trabajar con sus nuevos compañeros y disputará sus primeros minutos vestido de rojo en el marco de un encuentro oficial.